domingo, 22 de marzo de 2009

VÍA CRUCIS POPULAR CANTADO
































Primera Estación
JESÚS CONDENADO A MUERTE
Adorámoste Cristo, bendecímoste,
Que por tu santa cruz redimiste al mundo
(Se repite en todas)
Acompaña a tu Dios, alma mía,
cual vil asesino llevado ante el Juez;
y al autor de la vida contempla
por tí condenado a muerte cruel
Dulce Redentor,
para mí era la pena de muerte.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón
Madre afligida
De pena hondo mar,
Logradnos la gracia
De nunca pecar

Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri

Segunda Estación
JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
Con la cruz de tus culpas cargado,
exhausto de fuerzas, camina tu Dios.
Y a subir la pendiente le impelen
por fuera sayones, por dentro tu amor.
Dulce Redentor,
mis pecados tus hombros oprimen.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón

Tercera Estación
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Con sus alas de nieve los ángeles
pasmados de espanto, cubrieron tu faz,
bajo el tosco y pesado madero,
en tierra caído, su Dios al mirar.
Dulce Redentor,
por mis yerros caíste en tierra.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón

Cuarta Estación
JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE

Del calvario subiendo a la cumbre,
el Reo Divino a su Madre encontró,
y una espada de filos agudos
del Hijo y la Madre hirió el corazón.
Dulce Redentor,
yo esa herida causé a vuestra Madre.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Quinta Estación
EL CIRINEO LE AYUDA A LLEVAR LA CRUZ

Porque al monte con vida llegase,
los duros escribas, con saña infernal,
a Simón Cirineo alquilaron
que a Cristo ayudase la cruz a llevar.
Dulce Redentor,
yo también quiero ser Cirineo.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Sexta Estación
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Con ternura y piedad la Verónica
el rostro sangriento de Cristo enjugó,
y en tres pliegues de lienzo, por premio,
Grabada la imagen llevó del Señor.
Dulce Redentor,
En mi pecho grabad vuestra imagen.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Séptima Estación
CAE JESÚS POR SEGUNDA VEZ

Otra vez el Señor de los cielos
volvió fatigado el polvo a besar;
otra vez los esbirros crueles
en El desfogaron su ira y crueldad.
Dulce Redentor,
nunca más caeré ya en pecado.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Octava Estación
HABLA JESÚS A LAS HIJAS DE JERUSALÉN

Vió Jesús que unas cuantas mujeres,
movidas a lástima, lloraban por El,
y les dijo: “Llorad por vosotras,
piadosas mujeres, por mi no lloréis”.
Dulce Redentor,
vuestras penas taladran mi pecho.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Novena Estación

JESÚS CAÍDO EN TIERRA POR TERCERA VEZ

Con sus duras caídas, cristiano,
las tuyas pretende Jesús resarcir.
A tu Dios por tercera vez mira
de polvo y de sangre cubierto por tí.
Dulce Redentor,
vuestro amor del infierno me libre.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Décima Estación
DESPOJAN A JESÚS DE SUS VESTIDURAS

Con furor los vestidos quitaron
del monte en la cumbre al paciente Jesús.
Y por no iluminar tanta afrenta,
las puras estrellas negaron su luz.
Dulce Redentor,
ya no más liviandad ni impureza.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Undécima
JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Ya alma mía en la cruz, duro lecho,
tus miembros sagrados extiende tu Bien;
y con clavos agudos taladra
los viles soldados sus manos y pies.
Dulce Redentor,
yo esos clavos clavé en vuestros miembros.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Duodécima Estación
AQUÍ MURIÓ EL SALVADOR

Tiembla el orbe y el sol se oscurece,
al ver en un palo expirar a su Dios.
Rompe en llanto también tu, alma mía,
pensando que muere Jesús por tu amor.
Dulce Redentor,
mis pecados os dieron la muerte.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón

Décimo tercera Estación
JESÚS MUERTO EN BRAZOS DE SU MADRE

De Jesús el cadáver sagrado,
María en sus brazos llorando tomó;
y con voz de dolor le decía:
¿Quién muerte te ha dado mi Bien
Y mi amor?
Dulce Redentor,
respondedle que aquí está el culpable.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

Décimo cuarta Estación
JESÚS MUERTO EN EL SEPULCRO

En un frío y profundo sepulcro
los restos sagrados guardáronse ya.
Triste Madre, cuán sola te quedas:
Seré yo el consuelo de tu soledad.
Dulce Redentor,
yo a la Madre privé de su Hijo.
Ya lloro mis culpas y os pido perdón.

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