lunes, 25 de enero de 2010

LA PASTORAL DIGITAL

EL SACERDOTE Y LA PASTORAL EN EL MUNDO DIGITAL

CIUDAD DEL VATICANO, 23 ENE 2010 (VIS).-Hoy se hizo publico el mensaje del Santo Padre para la XLIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el próximo 16 de mayo, y cuyo tema es esta vez: "El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra". El mensaje está fechado el 24 de enero, festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.

Siguen amplios extractos del texto:

"Las comunidades eclesiales, han incorporado desde hace tiempo los nuevos medios de comunicación como instrumentos ordinarios de expresión y de contacto con el propio territorio, instaurando en muchos casos formas de diálogo aún de mayor alcance. Su reciente y amplia difusión, así como su notable influencia, hacen cada vez más importante y útil su uso en el ministerio sacerdotal".

"La tarea primaria del sacerdote es la de anunciar a Cristo, la Palabra de Dios hecha carne, y comunicar la multiforme gracia divina que nos salva mediante los Sacramentos. Las vías de comunicación abiertas por las conquistas tecnológicas se han convertido en un instrumento indispensable (...). A este respecto, el sacerdote se encuentra como al inicio de una "nueva historia", porque en la medida en que estas nuevas tecnologías susciten relaciones cada vez más intensas, y cuanto más se amplíen las fronteras del mundo digital, tanto más se verá llamado a ocuparse pastoralmente de este campo, multiplicando su esfuerzo para poner dichos medios al servicio de la Palabra".

"...Se pide a los presbíteros la capacidad de participar en el mundo digital en constante fidelidad al mensaje del Evangelio, para ejercer su papel de animadores de comunidades que se expresan cada vez más a través de las muchas "voces" surgidas en el mundo digital. Deben anunciar el Evangelio valiéndose no sólo de los medios tradicionales, sino también de los que aporta la nueva generación de medios audiovisuales".

"El sacerdote (...) ha de unir el uso oportuno y competente de tales medios -adquirido también en el período de formación- con una sólida preparación teológica y una honda espiritualidad sacerdotal, alimentada por su constante diálogo con el Señor. En el contacto con el mundo digital, el presbítero debe trasparentar, más que la mano de un simple usuario de los medios, su corazón de consagrado que da alma no sólo al compromiso pastoral que le es propio, sino al continuo flujo comunicativo de la " red".

"La pastoral en el mundo digital debe mostrar a las personas de nuestro tiempo y a la humanidad perdida de hoy que "Dios está cerca; que en Cristo todos nos pertenecemos mutuamente". (...) ¿Quién mejor que un hombre de Dios puede desarrollar y poner en práctica, a través de la propia competencia en el campo de los nuevos medios digitales, una pastoral que haga vivo y actual a Dios en la realidad de hoy?".

"Quien trabaja como consagrado en los medios, tiene la tarea de allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención a las personas y a sus auténticas necesidades espirituales. Le corresponde ofrecer a quienes viven éste nuestro tiempo "digital" los signos necesarios para reconocer al Señor; darles la oportunidad de educarse para la espera y la esperanza, y de acercarse a la Palabra de Dios que salva y favorece el desarrollo humano integral.

"Con el Evangelio en las manos y en el corazón, es necesario reafirmar que hemos de continuar preparando los caminos que conducen a la Palabra de Dios, sin descuidar una atención particular a quien está en actitud de búsqueda. (...) Así, una pastoral en el mundo digital está llamada a tener en cuenta también a quienes no creen y desconfían, pero que llevan en el corazón los deseos de absoluto y de verdades perennes, pues esos medios permiten entrar en contacto con creyentes de cualquier religión, con no creyentes y con personas de todas las culturas".

"El desarrollo de las nuevas tecnologías y, en su dimensión más amplia, todo el mundo digital, representan un gran recurso para la humanidad en su conjunto. (...) Pero constituyen también una gran oportunidad para los creyentes. Ningún camino puede ni debe estar cerrado a quien, en el nombre de Cristo resucitado, se compromete a hacerse cada vez más prójimo del ser humano. Los nuevos medios, por tanto, ofrecen sobre todo a los presbíteros perspectivas pastorales siempre nuevas y sin fronteras, que lo invitan a valorar la dimensión universal de la Iglesia para una comunión amplia y concreta; a ser testigos en el mundo actual de la vida renovada que surge de la escucha del Evangelio de Jesús".

"No hay que olvidar, sin embargo, que la fecundidad del ministerio sacerdotal deriva sobre todo de Cristo, al que encontramos y escuchamos en la oración; al que anunciamos con la predicación y el testimonio de la vida; al que conocemos, amamos y celebramos en los sacramentos, sobre todo en el de la Santísima Eucaristía y la Reconciliación. (...) Que el Señor os convierta en apasionados anunciadores de la Buena Noticia, también en la nueva "ágora" que han creado los nuevos medios de comunicación".
MESS/JORNADA COMUNICACIONES SOCIALES/... VIS 100125 (870)

miércoles, 20 de enero de 2010

TERREMOTO EN HAITÍ: POBREZA Y SOLIDARIDAD






Todos estamos estos días muy afectados y no ha sido para menos con el terremoto de Haití. El epicentro ha tenido su ubicación, esencialmente, en la capital Puerto Príncipe, que ha quedado reducida a ruinas, escombros y cementerios/crematorios improvisados. La cifra de muertos ronda ya los cien mil y los desaparecidos son posiblemente otros tantos. Terrible.


Haití es, posiblemente, la nación más pobre del llamado hemisferio occidental. A casua del terrible terremoto la comunidad internacional va a darse cuenta de la terrible situación a la que ya antes del terremoto estaban sometidas esas pobres gentes. También, ahora, hemos conocido que en Haití había un gran número de personal sociosanitario de la ONU y numerosísimas ONGs. Posiblemente, en proporción con la superficie del territorio, la nación que más personal tenía de las mencionadas instituciones. Y a pesar de ello, seguía siendo -antes ya del terremoto, reitero- el Estado-Nación más pobre de la tierra. Este dato debe hacernos reflexionar sobre la eficacia de la solidaridad, según los parámetros occidentales al respecto.


Una nación necesita solidaridad, sí. Y sobre todo en momentos límite y extremos como el surgido tras el terremoto. Lo prioritario es salvar el mayor número de personas sepultadas en los edificios derruidos, curar a los heridos y enfermos y enterrar a los muertos cuanto antes, par evitar epidemias y males mayores. Pero acto seguido la ONU tiene que pararse a pensar que el problema de Haití no se soluciona sólo a base de solidaridad, sino propiciando el surgimiento de una infraestructura institucional estable, instalando un tejido comercial que posibilite el arranque y el desarrollo económico en interrelación con el resto de naciones. Haití no debe convertirse en protectorado de nadie, sino que todos hemos de responsabilizarnos, de una vez por todas, para que Haití y tantas zonas del globo que están en las mismas circunstancias, salgan de su radical penuria y se sumen al carro de la vida y del progreso. Las naciones todas han de sentarse a repensar en una redistribución más equitativa de las riquezas, que posibilite la erradicación de lal miseria y de la pobreza, en un primer término, para, posteriormente, lograr unos índices de crecimiento y de desarrollo que permitan una vida digna de los ciudadanos.


Es labor de todos, digo. No obstante, no se me escapa que la maquinaria institucional de la ONU es demasiado pesada. A pesar de todas las críticas, gracias a la intervención rápida de las fuerzas de los EE.UU., los haitianos han recibido rápidamente los primeros auxilios. El hambre, la sed y la desesperación sacaba de los pobres supervivientes su lado más hondo y oscuro y, por necesidad ciega, eran capaces de pelearse y matarse entre ellos para poder obtener comida y alimento. Cuando la ONU, Francia, España y otras naciones han acudido a Puerto Príncipe hubiera sido tarde si los americanos del norte no hubieran puesto orden y socorrido las primeras necesidades. Una vez más, EE.UU. lleva la delantera, como la llevó al término de la segunda guerra mundial, como la llevó en la última guerra de los balcanes. Ahora es el momento de que una vez resueltos los terribles problemas prioritarios (salvamento, sanitarios, higiénicos, alimenticios...) las naciones todas, con los EE.UU. a la cabeza, se planteen un replanteamiento general donde Haití en particular y todo el tercer mundo en general den un paso adelante en su bienestar y progreso. Es necesario.
Alguien ha dicho estos días: "Lo que la gente de Haití necesita son libertades individuales y derechos de propiedad seguros en un mercado libre y abierto para que así se puedan aprovechar de forma productiva los potenciales creativos de los mismos haitianos " (LD). De acuerdo, pero, con cuidado. Sin la ayuda de la comunidad internacional Haití por si mismo no puede entrar en la ruleta del mercado libre y abierto, pues, las condiciones estructurales de las que parte no solamente son inferiores, es que no existen.

jueves, 7 de enero de 2010

FIESTA DE LA EPIFANÍA: LOS REYES




HUMILDAD PARA RECONOCER LA GRANDEZA DE DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 6 ENE 2010 (VIS).-A las 10,00 de hoy, solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa celebró la Santa Misa en la basílica vaticana.

Comentando en la homilía la lectura del Libro del profeta Isaías y el pasaje del Evangelio de Mateo, el Santo Padre explicó que los Magos, "personajes procedentes de Oriente, no son los últimos, sino los primeros de la gran procesión de aquellos que, a través de todas las épocas de la historia, saben reconocer el mensaje de la estrella, saben caminar por las vías indicadas por la Sagrada Escritura y saben encontrar así a Aquél que es aparentemente débil y frágil, pero que en cambio es capaz de dar la alegría más grande y más profunda al corazón del hombre".

"En Él, de hecho -continuó-, se manifiesta la realidad estupenda de que Dios nos conoce y está cerca de nosotros, de que su grandeza y poder no se expresan en la lógica del mundo, sino en la lógica de un niño inerme, cuya fuerza es sólo la del amor que se nos confía. En el camino de la historia, hay siempre personas que son iluminadas por la luz de la estrella, que encuentran el camino y llegan a Él. Todas viven, cada una a su manera, la misma experiencia que los Magos".

Benedicto XVI puso de relieve que "si leemos, por tanto, juntas la promesa del profeta Isaías y su cumplimiento en el Evangelio de Mateo en el gran contexto de toda la historia, parece evidente que lo que se nos dice, y lo que en el belén tratamos de reproducir, no es un sueño ni tampoco un vano juego de sensaciones y emociones, privadas de vigor y de realidad, sino la Verdad que se irradia en el mundo".

"Solamente en ese Niño se manifiesta la fuerza de Dios, que reúne a los seres humanos de todos los siglos, para que bajo su señorío recorran el camino del amor, que transfigura al mundo. Sin embargo, aunque los pocos de Belén se convierten en muchos, los creyentes en Jesucristo parecen ser siempre pocos. Muchos han visto la estrella, pero son pocos los que han entendido su mensaje".

El Papa invitó a preguntarse: "¿Cuál es la razón por la que unos ven y encuentran, y otros no? (...) ¿Qué les falta a aquellos que permanecen indiferentes, a quienes indican el camino pero no se mueven? Podemos responder: la demasiada seguridad en sí mismos, la pretensión de conocer perfectamente la realidad, la presunción de haber formulado ya un juicio definitivo sobre las cosas hace que sus corazones se cierren y sean insensibles a la novedad de Dios. Están seguros de la idea que se han hecho del mundo y no se dejan impresionar en lo más profundo por la aventura de un Dios que quiere encontrarles. Ponen su confianza más en sí mismos que en Él y no consideran posible que Dios sea tan grande que pueda hacerse pequeño, que se pueda acercar verdaderamente a nosotros".

"Al final, lo que falta es la humildad auténtica, que sabe someterse a lo que es más grande, pero también el auténtico valor que lleva a creer a lo que es verdaderamente grande, aunque se manifieste en un Niño inerme. Falta la capacidad evangélica de ser niños en el corazón, de asombrarse, y de salir de sí mismo para encaminarse por el sendero que indica la estrella, el camino de Dios. El Señor, sin embargo -terminó-, tiene el poder de hacernos capaces de ver y de salvarnos".
HML/EPIFANIA/... VIS 100107 (600)
Los Magos, continuó, "eran hombres de ciencia en un sentido amplio, que observaban el cosmos considerándolo casi un gran libro lleno de signos y de mensajes divinos para el hombre. Su saber, por tanto, lejos de considerarse autosuficiente, estaba abierto a ulteriores revelaciones y llamadas divinas".

Benedicto XVI subrayó que "el itinerario de búsqueda culminó cuando se encontraron ante "el niño con María su madre". Dice el Evangelio que "postrándose le adoraron". Podrían haberse quedado desilusionados, es más, escandalizados. En cambio, como verdaderos sabios, se abrieron al misterio que se manifiesta de modo sorprendente; y con sus dones simbólicos demostraron que reconocían en Jesús al Rey y al Hijo de Dios. Precisamente en ese gesto se cumplen los oráculos mesiánicos que anuncian el homenaje de las naciones al Dios de Israel".

"Un último detalle confirma, en los Magos, la unidad entre inteligencia y fe: es el hecho de que "después de recibir en sueños aviso de no volver a Herodes, regresaron a su país por otro camino". Hubiera sido natural volver a Jerusalén, al palacio de Herodes y al Templo, para proclamar su descubrimiento. En cambio, los Magos, que han elegido como su soberano al Niño, lo custodian según el estilo de María, o mejor, de Dios mismo, y tal y como habían aparecido, desaparecieron en el silencio, satisfechos, pero también cambiados tras el encuentro con la Verdad. Habían descubierto un nuevo rostro de Dios, una nueva realeza: la del amor".

El Papa pidió a la Virgen María, "modelo de verdadera sabiduría, que nos ayude a ser auténticos buscadores de la verdad de Dios, capaces de vivir siempre la profunda sintonía que hay entre razón y fe, entre ciencia y revelación".

Después de la oración mariana, el Santo Padre felicitó a "los hermanos y hermanas de las Iglesias Orientales que mañana celebran la Santa Navidad" y pidió que "el misterio de la luz sea fuente de alegría y de paz para cada familia y comunidad".

A continuación, recordó que en la solemnidad de la Epifanía se celebra la Jornada Misionera de los niños, cuyo lema este año es: "Los niños ayudan a los niños".

"Promovida por el Venerable Papa Pío XII en 1950, esta iniciativa educa a los niños a formarse una mentalidad abierta al mundo y a ser solidarios con sus coetáneos más pobres". En este contexto, saludó "con afecto a todos los pequeños misioneros presentes en los cinco continentes" y les animó a "ser siempre testigos de Jesús y anunciadores de su Evangelio".
ANG/EPIFANIA/... VIS 100107 (540)