viernes, 13 de marzo de 2009

CRISTIANOFOBIA: Un virus recorre Europa



Quiero hoy, desde esta mi humilde atalaya, llamar la atención sobre algo muy negativo que está sucediendo en el mundo occidental y de un modo concreto en nuestra vieja y antigua Europa cristina: Hoy, ser Cristiano, creer en Cristo, es un peligro.


Ha tenido que ser una organización internacional, la OSCE, quien ha denunciado abiertamente el problema. Mas, antes de nada, digamos brevemente quien es la OSCE. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), tiene su origen en la CSCE (Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa), celebrada en Helsinki en 1975, y está conformada actualmente por 56 Estados participantes, todos ellos son países de Europa (incluyendo la Federación Rusa y todos los países de la Unión Europea), Canadá y Estados Unidos). Está reconocida como organismo regional conforme al Capítulo VIII de la Carta de las Naciones Unidas.

El virus anticristiano, la cristianofobia, se ha convertido hoy en una verdadera epidemia. Hoy no solamente es políticamente incorrecto definirse como cristiano, sino que, abiertamente, se ha entablado una lucha contra todos los valores cristianos. Se quiere erradicar, de un modo expreso, cualquier atisbo de actitud, comportamiento, símbolo que pueda tener su raíz en la cultura cristiana. Se ha llegado a tal extremo que, se puede decir, sin incurrir en extremismo, que el virus de la cristianofobia, se podría comparar, hoy en Europa, con el antisemitismo o la islamofobia que aquejó y aqueja, por desgracia, a muchas gentes de este viejo continente, otrora la cristiana Europa.


Algunos casos pueden ilustrar estas afirmaciones:
  • El 12-02-2009, la BBC y otros medios británicos daban a conocer el caso de una niña de 5 años, en Devon, a la que su maestra le prohibió hablar en clase de Jesús. La niña rompió a llorar. Pero, lo más grave, si cabe, es que el puesto de trabajo de su propia madre peligraba -era recepcionista a tiempo parcial en la propia escuela- porque envió un mail a sus amigos creyentes pidiendo oraciones para que se solucionase la situación y la niña supiese afrontarlo con entereza.


  • Una fundación francesa, Service Politique, hizo público el pasado mes de febrero, un estudio basado en entrevistas a unas tres mil padres de familia, en su mayoría católicos practicantes, sobre su experiencia con relación a la libertad de religión en la escuela de sus hijos. Una pregunta era: ¿Las escuelas públicas respetan la libertad de conciencia de sus hijos?. El 67% respondió que no. Y ante esta otra pregunta: ¿Sus hijos son víctimas de críticas a causa de su religión en las escuelas públicas?, el 20% dijo que sí.


  • El pasado año en Alemania una Universidad de Munich eliminó su reconocimiento académico a un grupo de estudio o seminario sobre Gestión ética basada en fundamentos cristianos. Razón: Sus contenidos violaban la correccion política y no tenían en cuenta los principios del curso básico de éticda en administracion de empresas. Más bien, decían, parecía que estaban enseñando los diez mandamientos.


Podría indicar más casos -no es necesario traer a colación el caso, en España, de la asignatura Educación para la ciudadanía y la inseguridad jurídica que ha dejado la sentencia del Tribunal Supremo, aunque algún día hablaremos de ello-, pero con los expuestos en ese órgano internacional al principio indicado -la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), puede resultar suficientemente ilustrativo de la situación de los cristianos en Europa. Tampoco es necesario, por consabido, referirnos al martirio y persecución permanentes a los que en paises árabes y asiáticos son sometidos los cristianos.



"Sangre de mártires, semilla de cristianos". Este lema surgido en la antigua Roma, cuando sometió a una persecución sistemática a los cristianos, junto con el convencimiento de las palabras de Jesús: "No temáis; yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos", y con la fe en que el Espíritu Santo es el abogado valedor y consolador nuestro son los pibotes sobre los que se mantiene firme nuestra fe. Nosotros, los cristianos, no debemos imponer a nadie nuestra fe, pero, hemos de, con sencilla valentía, exponer a los demás nuestras creencias. No tenemos que tener miedo a defender nuestra libertad religiosa, por dos razones, entre otras muchas: Una, porque nos lo exige nuestra fe; otra, porque si la sociedad actual es capaz de eliminar la libertad religiosa, el futuro del resto de libertades tendrá fecha de caducidad. En este sentido y como afirmó el austriaco Gudrun Kugler -uno de los moderadores en la mesa redonda que la OSCE organizó el pasado 4 de marzo- "el prejuicio contra los cristianos parece haberse convertido en el último prejuicio socialmente aceptable en Europa".

Esperemos que este encuentro de la citada Organización -OSCE- "constituya el primer paso hacia la tolerancia de todas las personas, también de los cristianos practicantes".



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