sábado, 24 de abril de 2010

LA PALABRA DE DIOS SE HIZO CARNE


Durante estos días del tiempo pascual, en la Parroquia de la Anunciación de Nuestra Señora de Pozuelo, los sacerdotes, don Félix y don José María, nos regalan unas sabrosísimas palabras en la homilía de la eucaristía diaria. A continuación transcribo, una homilía de don Félix, nuestro párroco:

Dicen los biblistas que Juan ha reservado el uso de la palabra “carne” para referirse exclusivamente a la encarnación (la Palabra de Dios se hizo carne) y a la Eucaristía. Ambas se iluminan mutuamente. Si la Palabra de Dios se hizo carne,

· quiere decirse que donde Dios habla, ahora, es en la persona de Jesús (Él es la Palabra de Dios), a Él hay que escuchar, porque las antiguas Diez Palabras ahora son una sola: Cristo.
· Y si las Diez Palabras dieron origen al Pueblo de Dios, esta Palabra, que es Cristo, es el origen de un Nuevo Pueblo.
· Si la Palabra de Dios se hizo carne, quiere decirse que a Dios, ahora, se le encuentra en los hombres, en todo hombre y también en mí.
· Si la Palabra de Dios se hizo carne, quiere decir que Dios se ha metido de lleno en nuestra historia, para hacerla suya, para que le encontremos en los acontecimientos que vivimos.
· Quiere decir, también, que Dios ha asumido nuestra debilidad para elevarla, ahora es una “carne” divinizada, habitada por el Espíritu.
· Si la Palabra de Dios (la que hizo la creación, la vida) se ha hecho carne, en Cristo comienza una nueva creación, una nueva vida, un nuevo nacimiento: nacemos de lo alto, de Dios: Él es nuestro Padre.

Podríamos seguir añadiendo muchos aspectos.

Y comer su carne significa aceptar, asumir, formar parte de todas estas cosas. Significa, también, que nos transformamos en Cristo, en Cuerpo y Carne suyos. Significa que aceptamos ser, también nosotros, pan que se entrega para que otros se alimenten. Significa que aceptamos la entrega y el sacrificio (=sangre). Significa que estamos en “proceso de Resurrección”, por estar unidos a Él.

¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?, se preguntaban aquellos judíos. Nosotros ya sabemos la respuesta, aunque algunos, seguramente por ignorancia, se atrevan a decir aquello de “para ser cristiano no hace falta la Eucaristía (=ir a Misa)”, porque, al decirlo, se están desmarcando abiertamente de la oferta de Jesús: es el camino para ser uno con Él, para ser discípulo, para ser de los suyos, para tener Vida en nosotros…

Todo esto hay que irlo “masticando” muy despacio, porque “tiene mucha miga”

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