jueves, 30 de abril de 2009

INFORMACIÓN DEL MSPS SOBRE LA NUEVA GRIPE

En la página web del Ministerio de Sanidad y Política Social cuelgan la información, que califican de importante, sobre la nueva gripe. Me parece conveniente darle la máxima difusión, por lo que cuelgo así la información ministerial al respecto.
Román Encabo


Información importante sobre la nueva gripe
Actualización 28 de abril de 2009. 18:00h.
¿Qué es la gripe porcina?
La gripe porcina es una enfermedad respiratoria aguda de los cerdos causada por el virus de la gripe tipo A. La tasa de letalidad en cerdos es baja y la enfermedad dura unos 7 a 10 días. Actualmente hay tres subtipos de virus de la gripe tipo A en cerdos: H1N1, H1N2 y H3N2.
¿Los virus de la gripe porcina pueden infectar a los humanos?
Sí. Se han detectado infecciones humanas puntuales producidas por el virus de la gripe porcina en personas en contacto estrecho con cerdos (como personas que trabajan en granjas de cerdos, etc.). En Europa, desde 1958 se han notificado un total de 17 casos. En EEUU, se detectó un brote de infección por virus de la gripe porcino en reclutas en un campo militar de Nueva Jersey en 1976. Se supuso un contacto con cerdos, aunque no se llegó a descubrir. Hubo una amplia transmisión del virus con más de 200 infecciones y 12 hospitalizaciones.
¿Cómo se transmite la gripe porcina?
La forma de transmisión de la gripe del cerdo al humano es por contacto directo con estos animales. La transmisión de la gripe porcina entre humanos se transmite de la misma manera que la gripe estacional, principalmente de persona a persona cuando una persona con gripe tose o estornuda. Algunas veces, las personas pueden contagiarse al tocar algo que tiene el virus de la gripe y luego llevarse las manos a la boca o la nariz.
El virus no se transmite por consumir carne de cerdo ni productos derivados del mismo.
¿Cuáles son los síntomas de la gripe humana producida por el virus de la gripe del cerdo?
Los síntomas de la gripe porcina en las personas son similares a los de la gripe estacional común, entre los que se incluyen fiebre de inicio agudo, síntomas respiratorios, como tos, estornudos y rinorrea, y malestar general. Algunas veces, puede acompañarse de falta de apetito y/o diarrea.
¿El virus de la gripe porcina H1N1 es igual a los virus de la gripe H1N1 en los seres humanos?
No. El virus H1N1 de la gripe porcina es muy diferente a los virus H1N1 de los humanos y los virus H1N1 de las aves. Los anticuerpos de los virus H1N1 de la gripe aviar, porcina y humana proporcionan poca o ninguna protección contra el mismo virus pero de otras especies.
¿Cómo se diagnostican las infecciones por gripe porcina en humanos?
Para diagnosticar una infección por virus de la gripe del tipo A de origen porcino, se debe recoger una muestra obtenida del aparato respiratorio entre los primeros 4 a 5 días de infección (cuando una persona infectada tiene más probabilidad de estar contagiando el virus). Sin embargo, algunas personas, especialmente los niños, pueden diseminar el virus durante 10 días o más. Para la identificación y confirmación del virus de la gripe porcina del tipo A es necesario enviar muestras al laboratorio de referencia del Centro Nacional de Microbiología para que se realicen pruebas oportunas.
¿La vacuna actual contra la gripe estacional protege contra la gripe de origen porcino tipo H1N1?
La vacuna contra la gripe estacional protege a las personas contra tres cepas de los virus de la gripe en humanos: un virus A (H3N2), un virus A (H1N1) y un virus B. Se está investigando si la vacuna actual proporciona algún grado de protección, pero esto llevará algún tiempo.
¿Existen medicamentos para el tratamiento de las personas con infecciones por el virus de la gripe porcina?
La gripe porcina en humanos se trata con las mismas medidas de soporte y medicamentos que la gripe común. Los antivirales como oseltamivir y zanamivir se podrían utilizar, pero siempre bajo prescripción médica.
Estos antivirales sólo se deben utilizar bajo prescripción de un médico, ya que, como todos los medicamentos, no están exentos de efectos secundarios.
¿Qué se hace para detectar otros casos de infecciones en personas por el virus H1N1 de la gripe porcina una vez que se ha detectado un caso?
Se intensifica la vigilancia, informando sobre las características de los casos a los servicios sanitarios, para que puedan detectar otros casos similares También se realizan investigaciones epidemiológicas para detectar otros casos, entre las que se incluye la búsqueda de contactos de las personas enfermas.

¿Podemos estar tranquilos ante la situación actual?
En estos momentos hay que lanzar un mensaje de tranquilidad a la población. En España, todas las medidas de prevención están activadas y nuestro Sistema Nacional de Salud está preparado para afrontar esta situación.

RECOMENDACIONES PARA LOS VIAJEROS QUE VIENEN DE LAS ZONAS AFECTADAS (MÉJICO Y ESTADOS UNIDOS)
Preste atención a su salud durante los 10 días siguientes a su vuelta
Si en este tiempo presenta fiebre, tos o dificultad respiratoria, contacte con los servicios sanitarios de su Comunidad Autónoma (médico de familia y/o servicios de urgencia)
En ese contacto informe de su viaje a la zona afectada y la fecha de regreso
Enlaces de interés sobre la nueva gripe
Organización Mundial de la Salud
Organización Mundial de la Salud, OMS
Información sobre los casos de nueva gripe a nivel mundial OMS , (Inglés)
Unión Europea
Salud Pública UE, (Inglés)
Centro de Control de Enfermedades Europeo ,(ECDC) (inglés)
México
Secretaría de Salud del Gobierno de México
EE.UU.
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
Departamento de Salud y Servicios Humanos (EEUU)
Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación MAEC
Recomendaciones de viaje sobre México
Recomendaciones de Viaje a EEUU
Aeropuertos Españoles AENA
Aviso importante gripe Porcina
CC.AA.
Andalucía
Aragón
Principado de Asturias
Illes Balears
Canarias
Cantabria
Castilla- La Mancha
Castilla y León
Ciudadanos
Profesionales
Cataluña
Extremadura
Galicia
Madrid
Murcia
Comunidad Foral de Navarra
País Vasco
La Rioja
Comunidad Valenciana
Ceuta
Melilla

INFORMACIÓN DEL Mº DE SANIDAD Y P.S. SOBRE LA NUEVA GRIPE

Notas de Prensa
COMUNICADO: brote humano de nueva gripe
29 de abril de 2009
Según lo notificado hasta las 18.00 horas al Ministerio de Sanidad y Política Social por las Comunidades Autónomas. Los datos son los siguientes:
COMUNIDAD AUTÓNOMA
Personas en investigación
Casos confirmados nuevo virus A/H1N1
ANDALUCÍA
15

ARAGÓN
0

ASTURIAS
1

BALEARES
0

CANARIAS
0

CANTABRIA
0

CASTILLA Y LEÓN
2

CASTILLA-LA MANCHA
1
2
CATALUÑA
8
6
C. VALENCIANA
23
1
EXTREMADURA
2

GALICIA
2

MADRID
13

MURCIA
2

NAVARRA
0

PAÍS VASCO
0
1
LA RIOJA
1

CEUTA
0

MELILLA
0

TOTAL
70
10




En todos los casos confirmados, menos uno (perteneciente a Cataluña), se trata de viajeros que recientemente habían estado en México.
De los seis casos confirmados en Cataluña, cuatro pacientes han sido ya dados de alta, según ha informado la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, en su comparecencia a petición propia en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados.
El Ministerio recuerda que la situación de todas estas personas no reviste gravedad y es de estabilidad, ya que están respondiendo bien al tratamiento.
Para información actualizada: http://www.msps.es/
Sobre los casos a nivel mundial, consultar:http://www.who.int/csr/disease/swineflu/en/index.html

miércoles, 29 de abril de 2009

LA GRIPE PORCINA

Del Suplemento de Salud, en Libertaddigital.com, cuelgo el artículo del Dr. Enrique de la Morena sobre la llamada Gripe Porcina.

La Gripe Porcina se transmite al hombre
Doctor Enrique de la Morena
Las alarmas han saltado con un nuevo proceso de mutación de un virus animal que comienza a afectar al ser humano. Hablamos de la gripe porcina. Una enfermedad que, por otro lado, no provoca la muerte en los cerdos, sino que se trata de una patología más bien mórbida y con escasa mortalidad en estos animales.La gripe porcina está formada por las cepas A y C, que son las más frecuentes en estos animales. Curiosamente esta enfermedad se conoce con las siglas S.I.V que significan Swine-Influenze-Viruses.La Cepa A de este grupo de virus sólo está compuesta por AH1N1-AH1N2-AH3N1-AH3N2 y AH2N3. De todas estas variantes, la más común es la AH1N1, que es precisamente la que ha mutado y que está originando en México y en el sur de los EEUU una epidemia que es necesario atajar cuanto antes para evitar que se convierta en una pandemia.Por otro lado, la cepa C presenta poca agresividad. Las letras H y N de estas variantes corresponden a dos proteínas que van unidas al RNA (Ácido Ribonucleico) del virus. La sintomatología es prácticamente igual a la de cualquier proceso gripal. Es decir, tos, estornudos, fiebre alta y malestar general. También pueden aparecer náuseas, vómitos e incluso diarrea.En el caso de que nos encontremos con estos síntomas, el primer consejo es que nos examine un médico. Para ello, es muy aconsejable seguir las instrucciones de las autoridades sanitarias de nuestra comunidad autónoma, pero se hace necesario que, bien en nuestro domicilio, bien en un centro de salud, nos examine nuestro médico de cabecera para que nos indique qué debemos hacer. No debemos automedicarnos.Uno de los medicamentos más comunes contra este tipo de procesos es el “Tamiflu”, cuyo principio activo es el oseltamivir y que comercializa el laboratorio Roche. Es un inhibidor de una de las glicoproteínas del virus, la Neuroaminidasa, pero el médico es el único que lo debe prescribir si lo cree necesario.Por otro lado, podemos tomar una serie de precauciones.- En primer lugar, la higiene. En la medida de lo posible, siempre que demos la mano a alguien, debemos lavárnoslas.- No besarse- Tampoco es aconsejable utilizar ningún utensilio que haya sido usado por alguna persona que presente la sintomatología de la gripe antes indicada.- También es aconsejable evitar los lugares de aglomeración de personas.Estas precauciones son una serie de consejos que debemos conocer pero que esperamos que no sea necesario seguir al pie de la letra. Por otro lado, es muy importante saber que estos virus son muy termolábiles, es decir, que inestables al calor.En cuanto al consumo de cerdo, no existe ningún problema con él. Podemos comer cochinillo, jamón, lomo, etc, así como también las chuletas o cualquier otro producto del cerdo sin ningún problema.Desde el suplemento de Salud de Libertad Digital, esperamos y deseamos que nuestras autoridades nos tengan informados y sobre todo a aquellas personas que van a viajar a sitios donde la epidemia está en marcha. De momento, no se dispone de una vacuna preventiva. Ésta podrá desarrollarse después de identificar el virus y se comience a trabajar en laboratorios de investigación.

martes, 28 de abril de 2009

ODA AL LIBERADO SINDICAL

Tomo y transcribo aquí de Libertaddigital.com esta Oda al Liberado Sindical que firma el seudónimo Fray Josefo. El otro día leí que, sólo en TVE, había unos 300 sindicalistas liberados. Esto es terrible, porque ¿cuántos liberados no habrá en total, en toda España? Sumando entes públicos, organismos autónomos, departamentos ministeriales, departamentos de las CC.AA., de los Ayuntamientos. ¡Dios mío, serán una multitud! No se cómo el tejido social y económico puede aguantar tanta improductividad. Por esto me ha parecido muy oportuno transcribir la siguiente oda:


ODA AL LIBERADO SINDICAL
FRAY JOSEFO
2009-04-27

Liberado blando, liberado tierno,
comprometidísimo con este Gobierno,
mientras por el mango tenga la sartén:
a ti los autónomos te importan un cuerno
y el pobre parado... ¡A ese, que le den!

No das palo al agua desde hace la tira;
tu suave sobaco sudor no transpira;
flojean tus músculos por la flacidez...
¿Te acuerdas del curro? ¡Parece mentira!
¡Qué mal lo pasabas, mecachis en diez!

El uno de mayo saldrás, por supuesto,
tras una pancarta, con un manifiesto
y dos exigencias para Zetapé:
que no haya recortes en el presupuesto
para Comisiones ni para Ugeté.

Irás con la masa de manifestantes
(habrá intelectuales, actores, cantantes...
de a los que los yanquis les dan repelús),
chillando coléricos, lo mismo que antes,
en contra de Aguirre, de Aznar y de Bush.

Sobre este Gobierno de crisis y paro,
dirás: "Compañeros, tengámoslo claro,
ni críticas duras ni provocación:
pues si se cabrean con nuestro descaro,
nos cortan el grifo de la subvención".

Liberado tibio, que pides el voto
para las izquierdas, con gran alboroto,
y chupas del bote detrás del carné.
Feliz liberado, me apuesto el escroto...
que sigues cobrando si manda el PP.

domingo, 26 de abril de 2009

III DOMINGO DE PASCUA: Lecturas


Dejad que el grano se muera
y venga el tiempo oportuno:
dará cien granos por uno
la espiga de primavera.
Mirad que es dulce la espera

cuando los signos son ciertos;
tened los ojos abiertos
y el corazón consolado:
si Cristo ha resucitado,
¡resucitarán los muertos!
Amén.




En este enlace encontramos las Lecturas de este III Domingo de Pascua:
http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/textos_bib_liturgia/domingos_b/pascua_b/3dpb.htm

En este tiempo pascual que estamos viviendo, en medio de los aleluyas y el gozo en la Resurrección, Jesús sigue dirigiéndo a nosotros, en el siglo XXI, aquellas palabras recriminatorias que dirigió a sus Apóstoles en las primeras apariciones: "¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?". O aquellas otras que dice a los discípulos de Emaús: "Insensatos y tardos de corazón para creer...". Actitud de los Apóstoles, tras el hecho de la Resurrección, que motiva que San Marcos diga que el Señor "les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón".

La fe del cristiano no es una doctrina o un resumen de dogmas. Nuestra fe es aceptar con el corazón ("¿por qué surgen dudas en vuestro corazón?") a Jesús Resucitado. La fe es, pues, ante todo haber conocido a Jesús de Nazareth y entregarnos a él de corazón, sin reservas. Creer en Jesús es hacer que Él, su Palabra y su Vida, guié nuestra vidas; es conformarnos con Él, con su modo de ser ("el Padre y yo somos una misma cosa"), su manera de pensar ("mi alimento es hacer la voluntad del Padre"), su estilo de vida ("pasó haciendo el bien"). La esencia de nuestra fe, nos ha dicho Guardini, es el mismo Jesucrito, su persona.

Y creemos en Cristo, como el Hijo de Dios vivo, porque el Padre le ha resucitado de la muerte. Cristo dio su vida, desde el momento mismo de la Encarnación y a través de su andadura humana y sobre todo en el momento culmen de la pasión y la cruz, por todos nosotros, para la salvación de todo el género humano. Pero todo ésto alcanza su plenitud y tiene sentido porque, al final, Cristo ha vencido la muerte, resucitando de entre los muertos.

La resurrección de la carne es el epicentro de nuestra fe cristiana. Ahí las dudas y el endurecimiento de corazón de los Apóstoles. Creer que Cristo, muerto, ha resucitado; que aquel cuerpo destrozado por la pasión y cruz había resucitado era muy duro. Creer en Cristo resucitado supone un entregarnos totalmente, en cuerpo y alma, cordialmente a Jesús. Es aceptar su persona como el eje vertebrador de nuestra existencia.

Creer en el Resucitado es, también, creer en nuestra propia resurrección. Por el bautismo estamos injertados en Cristo, en su muerte y en su resurrección. Y este cuerpo nuestro, débil y mortal, por naturaleza, participa ya, de un modo anticipado por la fe, en la resurrección de Jesús, pero, llegará el día, tras nuestra propia muerte, en que esa carne que enterrarán en la debilidad de la muerte, resucitará en Cristo el Señor. Este es el misterio de nuestra fe. Creer en Cristo Resucitado y, por ello, creer que nosotros, nuestra carne débil y mortal, por si misma, resucitará, gracias a la inserción en el Resucitado.

sábado, 25 de abril de 2009

ESPAÑA BIEN VALE UN PACTO: Datos trágicos del INE sobre la crisis actual.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA
NOTA DE PRENSA 24 ABRIL 2009


Encuesta de Población Activa (EPA)
Primer trimestre de 2009
Principales resultados

􀂾 El número de ocupados desciende en 766.000 personas en el primer trimestre de 2009 respecto al cuarto trimestre del año pasado y se sitúa en 19.090.800. En el último año la ocupación ha bajado en 1.311.500 personas. La tasa interanual de variación de la ocupación es del –6,43%.

􀂾 La tasa de actividad se sitúa en el 60,15%, cifra similar a la del trimestre anterior.
La de los varones es del 69,11% (una décima inferior a la del cuarto trimestre de 2008) y la de las mujeres del 51,51% (13 centésimas superior).

􀂾 El número de parados aumenta en 802.800 personas respecto al trimestre anterior y se sitúa en 4.010.700. La tasa de desempleo sube 3,45 puntos, hasta el 17,36%. La cifra de desempleados se ha incrementado en 1.836.500 personas en los últimos 12 meses.

􀂾 El número total de asalariados desciende en 465.100 personas respecto al
trimestre anterior y se cifra en 15.843.100. En el último año el número de
asalariados ha bajado en 974.400. Los asalariados con contrato indefinido
aumentan en 63.400 en el trimestre, mientras que los temporales se reducen en 528.500. La tasa de temporalidad se sitúa en el 25,41%, con un descenso de 2,52 puntos respecto al trimestre precedente.

􀂾 El número de ocupados baja en todas las comunidades. Los mayores descensos se observan en Cataluña (168.800 ocupados menos que en el trimestre precedente), Comunitat Valenciana (120.900) y Comunidad de Madrid (107.000).

􀂾 El desempleo aumenta respecto al trimestre anterior en todas las comunidades autónomas. Los mayores incrementos del paro se producen en Cataluña (166.900 parados más que en el trimestre anterior), Comunidad de Madrid (114.700) y Comunitat Valenciana (109.500).

COMENTARIO PERSONAL:

Los de arriba son datos puros y duros publicados por el propio Instituto Nacional de Estadística, en su nota de prensa de ayer viernes: ¡Impresionante!

Son datos que, proviniendo de la propia Administración, le dejan a uno sin aliento. Aquí no caben ya las discusiones sectarias o partidistas: Son datos. Y, se dice y es verdad, la realidad es tozuda. Y lo peor es que ahora sí que empezamos a darnos cuenta, todos, que esta situación puede empeorar. Eminentes economistas han avisado de que el número de parados puede alcanzar los 5 millones de parados. ¡Demoledor! El miedo a esa cifra ya anida, incluso, entre los miembros del Gobierno.

Hace unos días expresaba mi opinión de que es necesario reeditar unos nuevos Pactos de la Moncloa y un nuevo Pacto de Toledo. Confirmado.

Hay que reconocer que la situación económica, la crisis, ha pillado a nuestro Gobierno con el pasado un tanto cambiado. Pero, no se trata –dadas las trágicas circunstancias que la crisis comporta- de azuzar y zaherir recordando al Presidente que fue apenas a la vuelta de la esquina (9-01-2008) cuando afirmaba –ahora se ve que infundadamente- lo siguiente: “Permítanme que sienta un legítimo orgullo como país al poder decir, por una vez después de tantas décadas en que el paro era nuestro gran drama, que este país es capaz de crear más empleo que Alemania, Francia y Reino Unido juntos, y que, como país, estamos siendo capaces de derrotar la lacra del paro y poder poner el horizonte en el pleno empleo”. Tampoco es momento de recordarle cómo el 26 de abril del año pasado se defendía de los ataques del presidente del primer partido de la oposición diciendo: “La peor previsión de paro que se espera para los próximos cuatro años será siempre mejor que la mejor que tuvo el PP en la legislatura pasada”. No se le debe recordar, ahora, porque ya no lo dice. En el periódico El País, se dice abiertamente que el mercado de trabajo está "en situación de emergencia" y en estas circunstancias, "la credibilidad de las previsiones económicas del Ejecutivo se ha esfumado". Y ante "el escalofriante dato de que en el primer trimestre de este año se han superado los cuatro millones de parados, una cantidad nunca vista en España", intitula El País su editorial como "ESTADO DE ALARMA".
Los datos hablan. Ahora es el momento de salvar el barco. España, como Nación, puede ir a la bancarrota si no se toman medidas contundentes, desde un punto de vista estructural, en el campo económico en general, es decir, a nivel empresarial, de empleo, financiero, de gasto público, etc.

Clama al cielo leer –y vuelvo a repetir que son datos incontestables del INE, que posible y desgraciadamente la cruda realidad supere- lo siguiente: “Más de un millón de hogares tienen a todos sus miembros activos en paro
En el primer trimestre de 2009 el número de hogares que tienen a todos sus miembros activos trabajando disminuye en 504.000 y se sitúa en 9.595.100. En los últimos 12 meses el descenso ha sido de 1.008.500.
El número de hogares con todos sus miembros activos en paro aumenta en 241.200 respecto al trimestre anterior y en 555.800 en los 12 últimos meses. El número total de hogares en esta situación es de 1.068.400”.
Terrible.

El diario El Mundo traduce en dolorosa calderilla los fríos datos y dice que la crisis produce “seis parados al minuto, 400 por cada hora y casi 9.000 al día” y que, del millón de hogares “en los que ninguno de sus miembros trabaja, de esa cifra hay 470.000 familias que no disponen de ningún tipo de renta, pensión o subsidio, es decir, que se encuentran en la indigencia más absoluta”. Y decir ésto ya no es calificado como “catastrofismo”, sino, simplemente, exponer datos, los cuales, eso sí, son catastróficos.

La Ministra de Economía debe cambiar, ya, de opinión y no fiar la solución de esta desgraciada crisis al “diálogo social”. Aquí debe darse, mejor hoy que mañana, no un mero diálogo de los interlocutores sociales (Patronal y Sindicatos) sino un Pacto Social y Económico entre todas las fuerzas vivas del espectro político, económico, financiero y social, capitaneados por los dos grandes partidos políticos: El PSOE y el PP. Una situación como la actual podría desembocar, si no se pone remedio a tiempo, en una verdadera emergencia nacional. Esto solamente puede arreglarse mediante el CONSENSO de los dos grandes partidos –dando participación, obviamente, a los partidos minoritarios-, fruto del cual se obtenga un Gran Pacto de Superación de la Crisis. España y los ciudadanos españoles, hombres y mujeres de carne y hueso, se lo agradeceremos y de un modo particular esos cuatro millones diez mil setecientos parados, que desean salir de esa tristísima situación y no verse acompañados por otro millón más en la misma y trágica situación.

Se pone en boca de Enrique IV de Francia (1589-1610) la célebre frase "París bien vale una misa", pues, hoy en España, cuyo Jefe de Estado es otro rey Borbón, Juan Carlos I, también podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que ESPAÑA BIEN VALE UN GRAN PACTO

lunes, 20 de abril de 2009

LA CUESTIÓN DEL ABORTO. Por JULIÁN MARÍAS




Transcribo íntegro un artículo de Julián Marías sobre el aborto. Julián Marías es un extraordinario ensayista y un profundo filósofo. Nació en Valladolid en 1914 y murió en Madrid a los 91 años de edad.Julián Marías no enseñó en la Universidad española franquista por discrepancias ideológicas, pero fue conferenciante en numerosos países de Europa y América y profesor en varias universidades de Estados Unidos. Su presencia en el mundo intelectual español ha sido constante: colaborador de las publicaciones más relevantes, fue miembro de la Real Academia desde 1964 y senador por designación real entre 1977 y 1979. Presidió la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) [1] desde su creación en 1979 hasta que falleció. En 1996 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, compartido con Indro Montanelli.

En la página de wikipedia.org se puede leer la larga lista de obras -55- del autor, a las que hay que sumar sus numerosísimas colaboraciones en periódicos españoles y extranjeros. Se trata, pues, de toda una autoridad.

Personalmente, pienso que en esta cuestión del aborto, sobre la que ya hay una legislación vigente y sobre la que se va a legislar una modificación, a los ciudadanos españoles nos toca respetar las normas que emanen de Las Cortes. Son los representantes de la Soberanía popular. A ésta, como a las demás leyes emanadas del poder legislativo, se le debe respeto y acatamiento cívicos. Dicho ésto, los cristianos y católicos, como tales ciudadanos, tenemos la libertad, también, para expresar nuestras opiniones. Cierto que no podemos imponerlas a nadie, pero, hemos de decir valientemente cual es la postura propia de los discípulos de Cristo. Después, cada cual que actúe según su conciencia, en el bien entendido que la Iglesia y los cristianos siempre hemos de tener un respeto inconmensurable hacia las personas que decidan abortar. Respeto, ayuda y comprensión a las circunstancias que obligan a una madre a tomar tal decisión. Nunca podremos juzgar a esas madres, sino ayudarlas y acercanos a su dolor. Podemos y podremos, eso sí, opinar sobre la legislación y sobre el problema del aborto y sus consecuencias.

Julián Marías escribió este artículo en 1999, pero, dadas las circunstancias, continúa vigente su actualidad. El profesor lo aborda desde una hondura intelectual y humana digna de todo respeto y a la que me adhiero.


Marzo 19, 2009...8:38 am

La cuestión del aborto. Por Julián Marías. Publicado en el diario “ABC”
LA espinosa cuestión del aborto voluntario se puede plantear de maneras muy diversas. Entre los que consideren la inconveniencia o ilicitud del aborto, el planteamiento más frecuente es el religioso. Pero se suele responder que no se puede imponer a una sociedad entera una moral «particular». Hay otro planteamiento que pretende tener validez universal, y es el científico. Las razones biológicas, concretamente genéticas, se consideran demostrables, concluyentes para cualquiera. Pero sus pruebas no son accesibles a la inmensa mayoría de los hombres y mujeres, que las admiten «por fe»; se entiende, por fe en la ciencia.
Creo que hace falta un planteamiento elemental, accesible a cualquiera, independiente de conocimientos científicos o teológicos, que pocos poseen, de una cuestión tan importante, que afecta a millones de personas y a la posibilidad de vida de millones de niños que nacerán o dejarán de nacer.Esta visión ha de fundarse en la distinción entre «cosa» y «persona», tal como aparece en el uso de la lengua. Todo el mundo distingue, sin la menor posibilidad de confusión, entre «qué» y «quién», «algo» y «alguien», «nada» y «nadie». Si se oye un gran ruido extraño, me alarmaré y preguntaré: «qué pasa?» o ¿qué es eso?». Pero si oigo unos nudillos que llaman a la puerta, nunca preguntarés «¿qué es», sino «¿quién es?».
Se preguntará qué tiene esto que ver con el aborto. Lo que aquí me interesa es ver en qué consiste, cuál es su realidad. El nacimiento de un niño es una radical «innovación de la realidad»: la aparición de una realidad «nueva». Se dirá que se deriva o viene de sus padres. Sí, de sus padres, de sus abuelos y de todos sus antepasados; y también del oxígeno, el nitrógeno, el hidrógeno, el carbono, el calcio, el fósforo y todos los demás elementos que intervienen en la composición de su organismo. El cuerpo, lo psíquico, hasta el carácter, viene de ahí y no es rigurosamente nuevo.
Diremos que «lo que» el hijo es se deriva de todo eso que he enumerado, es «reductible» a ello. Es una «cosa», ciertamente animada y no inerte, en muchos sentidos «única», pero al fin una cosa. Su destrucción es irreparable, como cuando se rompe una pieza que es ejemplar único. Pero todavía no es esto lo importante.«Lo que» es el hijo puede reducirse a sus padres y al mundo; pero «el hijo» no es «lo que» es. Es «alguien». No un «qué», sino un «quién», a quien se dice «tú», que dirá en su momento «yo». Y es «irreductible a todo y a todos», desde los elementos químicos hasta sus padres, y a Dios mismo, si pensamos en él. Al decir «yo» se enfrenta con todo el universo. Es un «tercero» absolutamente nuevo, que se añade al padre y a la madre.
Cuando se dice que el feto es «parte» del cuerpo de la madre se dice una insigne falsedad porque no es parte: está «alojado» en ella, implantado en ella (en ella y no meramente en su cuerpo). Una mujer dirá: «estoy embarazada», nunca «mi cuerpo está embarazado». Es un asunto personal por parte de la madre. Una mujer dice: «voy a a tener un niño»; no dice «tengo un tumor».
El niño no nacido aún es una realidad «viniente», que llegará si no lo paramos, si no lo matamos en el camino. Y si se dice que el feto no es un quién porque no tiene una vida personal, habría que decir lo mismo del niño ya nacido durante muchos meses (y del hombre durante el sueño profundo, la anestesia, la arteroesclerosis avanzada, la extrema senilidad, el coma).
A veces se usa una expresión de refinada hipocresía para denominar el aborto provocado: se dice que es la «interrupción del embarazo». Los partidarios de la pena de muerte tienen resueltas sus dificultades. La horca o el garrote pueden llamarse «interrupción de la respiración», y con un par de minutos basta.
Cuando se provoca el aborto o se ahorca, se mata a alguien. Y es una hipocresía más considerar que hay diferencia según en qué lugar del camino se encuentre el niño que viene, a qué distancia de semanas o meses del nacimiento va a ser sorprendido por la muerte.Con frecuencia se afirma la licitud del aborto cuando se juzga que probablemente el que va a nacer (el que iba a nacer) sería anormal física y psíquicamente. Pero esto implica que el que es anormal «no debe vivir», ya que esa condición no es probable, sino segura. Y habría que extender la misma norma al que llega a ser anormal por accidente, enfermedad o vejez. Y si se tiene esa convicción, hay que mantenerla con todas sus consecuencias; otra cosa es actuar como Hamlet en el drama de Shakespeare, que hiere a Polonio con su espada cuando está oculto detrás de la cortina. Hay quienes no se atreven a herir al niño más que cuando está oculto -se pensaría que protegido- en el seno materno.
Y es curioso cómo se prescinde enteramente del padre. Se atribuye la decisión exclusiva a la madre (más adecuado sería hablar de la «hembra embarazada»), sin que el padre tenga nada que decir sobre si se debe matar o no a su hijo. Esto, por supuesto, no se dice, se pasa por alto. Se habla de la «mujer objeto» y ahora se piensa en el «niño tumor», que se puede extirpar como un crecimiento enojoso. Se trata de destruir el carácter personal de lo humano. Por ello se habla del derecho a disponer del propio cuerpo. Pero, aparte de que el niño no es parte del cuerpo de su madre, sino «alguien corporal implantado en la realidad corporal de su madre», ese supuesto derecho no existe. A nadie se le permite la mutilación; los demás, y a última hora el poder público, lo impiden. Y si me quiero tirar desde una ventana, acuden la policía y los bomberos y por la fuerza me lo impiden.
El núcleo de la cuestión es la negación del carácter personal del hombre. Por eso se olvida la paternidad y se reduce la maternidad a soportar un crecimiento intruso, que se puede eliminar. Se descarta todo uso del «quién», de los pronombres tú y yo. Tan pronto como aparecen, toda la construcción elevada para justificar el aborto se desploma como una monstruosidad.
¿No se tratará de esto precisamente? ¿No estará en curso un proceso de «despersonalización», es decir, de «deshominización» del hombre y de la mujer, las dos formas irreductibles, mutuamente necesarias, en que se realiza la vida humana? Si las relaciones de maternidad y paternidad quedan abolidas, si la relación entre los padres queda reducida a una mera función biológica sin perduración más allá del acto de generación, sin ninguna significación personal entre las tres personas implicadas, ¿qué queda de humano en todo ello? Y si esto se impone y generaliza, si a finales del siglo XX la Humanidad vive de acuerdo con esos principios, ¿no habrá comprometido, quién sabe hasta cuándo, esa misma condición humana? Por esto me parece que la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final.

sábado, 18 de abril de 2009

II DOMINGO DE PASCUA: LECTURAS


http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/textos_bib_liturgia/domingos_b/pascua_b/2dpb.htm

En el enlace anterior, tenemos las lecturas de este II Domingo de Pascua.

Tras la lectura y meditación de las lecturas de este II Domingo de Pascua de Resurrección podríamos concluir resumidamente diciendo, que en la fe del cristiano hay tres elementos constitutivos: Uno, objetivo; un segundo, subjetivo; y un tercer elemento, comunitario.

Elemento objetivo: El núcleo esencial de la fe cristiana no es una creencia, ni unas prácticas ni una moral; la esencia del cristianismo radica en una persona: Cristo resucitado. “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”, decía acertadamente San Pablo. Jesucristo se nos ha manifestado como el mismísimo Hijo de Dios vivo, no solamente por las obras maravillosas y milagrosas que hizo durante su vida mortal, sino, porque todo ello, su Palabra (“el Padre y yo somos una misma cosa”, “el que me ve a mí, ve al Padre”, etc) y sus obras han sido confirmadas con su resurrección. Y es Dios mismo, a través de Jesucristo, quien se acerca al hombre y le ofrece, como don, la posibilidad de la salvación, el conocimiento y la fe en el Hijo de Dios. “…en esto, entró Jesús, se puso en medio y les dijo Paz a vosotros”.

Elemento subjetivo: Es el asentimiento personal e intransferible que hemos de dar las personas a Cristo Jesús. Los cristianos creemos que Jesucristo, con su encarnación, muerte y resurrección nos ha mostrado explícitamente al Padre y en su nombre encontramos la solución al enigma de la existencia humana, iluminación en el camino tantas veces tenebroso de nuestras vidas, la clarificación de tantos enigmas humanos, como el dolor de los justos, la muerte del hijo o de los padres, la traición de aquellos en los que habíamos depositado confianza o amistad…Cristo, al resucitar ha vencido todo eso, ha vencido al mundo. Por ello, nosotros, los cristianos estamos salvados en su nombre y somos vencedores del mundo. ¿”Quién es el que vence al mundo –nos dice la primera carta del apóstol san Juan, hoy-, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios”?
Pero creer esto es algo absolutamente personal, subjetivo, en el que nadie puede substituir a nadie. Somos nosotros, personalmente, quienes hemos de dar nuestro asentimiento y acogimiento al don de Dios, a su Paz, a su salvación que nos llega personificada en Jesús resucitado, que nos exige personalmente nuestra decisión diciendo “trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. Y ante esta invitación personal, como a Tomás, nosotros, como el apóstol también, no podemos sino caer rendidos en el asentimiento de la fe: ¡”Señor mío y Dios mío”!. La fe.

Elemento comunitario: La fe en el Señor resucitado, sin embargo, no es algo que podamos vivir individualmente, sino, en y con la Comunidad. Cierto que Cristo al resucitar se apareció primero a algunas mujeres, en particular, pero, diciéndoles “id y decidles a los discípulos lo que habéis visto”. La fe nos viene, como don, de Dios, pero a través de la Comunidad, la Iglesia (“fidex ex auditu”, la fe llega por el oído), quien nos confirma en ella. “Paz a vosotros”, es el primer saludo del Resucitado a la Comunidad –“estaban los discípulos en una casa”, nos dice San Juan hoy en el evangelio.
Recordemos aquí dos pasajes de la vida de Jesús: En cierta ocasión, estaban los discípulos montados en la barca y sobrevino una tempestad. Juan, el discípulo amado, símbolo de la mística personal más sublime –reposaba su cabeza sobre el costado de Jesús- fue el primero en ver a Jesús andando sobre las aguas. Pero, fue Pedro, al que Jesús había puesto al frente del grupo, para confirmarles en la fe, quien se echó a andar sobre las aguas y acercarse a Jesús. Otro pasaje más cercano al tiempo litúrgico que estamos viviendo: Tras escuchar los discípulos, de boca de las mujeres, que había resucitado el Señor, Pedro y Juan van aprisa a comprobarlo en el sepulcro. Otra vez Juan, el discípulo amado, la fe viva, corre más y llega el primero; pero, al llegar, será Pedro, la Iglesia quien entre el primero en el sepulcro y confirme el hecho.

Otro aspecto en el que se muestra el elemento comunitario de la fe, que estamos comentando, lo vemos en el evangelio de hoy: La misión. Junto a la Paz ofrecida al grupo, a la Comunidad (“Paz a vosotros”), Jesús les invita, como grupo, a la misión: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Pero, la misión, como la fe en la que encuentra su base, es un donde Dios. “Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”
Concluyendo: Dios, Padre misericordioso, nos ha mostrado todo su amor, al enviarnos a Cristo, su Unigénito, Jesucristo, quien, voluntariamente acepta su misión y nos redime y salva “con el agua y la sangre” de su encarnación, muerte y resurrección. Nosotros creemos en ello, aceptamos a Jesús como el Mesías y salvador nuestro, al recibir esta noticia de su Comunidad, la Iglesia, donde vivimos esta fe, alimentándola con la Palabra y los Sacramentos de vida, y contentos y responsablemente nos sentimos enviados a proclamarlo, seguros y conscientes de su presencia entre nosotros también hoy: “Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos”.

ANTE LA CRISIS: NUEVOS PACTOS

La crisis ya está aquí. En estos momentos todos estamos inmersos en la crisis y, de alguna manera, a todos toca y en todos influye la maldita crisis. Ya pasó el año 2008 donde, casi hasta el final, uno no sabía a quién hacer caso: A los que venían tiempo atrás diciendo que se avecinaba, galopante, una gran crisis o a los que con optimismo, ahora se ve que exagerado y equivocado, nos decían que eran ligeras perturbaciones económicas o financieras, pero que en España apenas influirían, habida cuenta la solidez de nuestro tejido económico-empresarial y nuestra inmejorable infraestructura legislativa en lo que a la realidad financiera se refería. Se llegó a decir, incluso, que nuestro sistema financiero era paradigmático y, por ello, referente para los demás países de su entorno.

Hoy ya no. Se acabaron las discusiones sobre si eran galgos o podencos. La crisis está aquí y a todos nos toca en mayor o menor medida. Se lee que una de cada tres familias tiene algún familiar en paro, de tal manera que el número de parados anda por los 4 millones de personas. Terrible.

Ante una crisis económica, como ante cualquier dificultad o contrariedad de la vida, lo peor que podemos hacer es no aplicarnos, cuanto antes y de pleno, a diagnosticar la situación con toda objetividad, buscar su etiología, sus causas y razones, y proponer una terapia de choque, en un primer momento, y sostenida y acertada hasta que las consecuencias cambien radicalmente e indiquen que aquellas causas negativas han desaparecido. Para ello, si es necesario, nos ponemos en manos de expertos, consultamos a próximos y conocidos y escuchamos muy atentos lo que han hecho o hacen otros que o bien han sufrido antes este mal o lo están sufriendo coetáneamente.

Y en este punto es donde me entra una gran incertidumbre. Los que, por edad, fuimos testigos de la crisis que nos sobrevino apenas haber estrenado nuestra actual democracia, recordamos con gran añoranza aquella actitud de toda la clase política al completo. Todos, sin distinción de orígenes o ideologías, aunaron esfuerzos para afrontar y dar solución a la grave crisis, que se agravaba, para España, por la necesidad de entrar en la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea. Partidos y Sindicatos fijaron objetivos comunes, olvidaron reivindicaciones particulares o sectoriales accidentales y firmaron los Pactos de la Moncloa. Posteriormente, en circunstancias también muy difíciles, supieron olvidar rencillas partidistas e intereses particulares y firmar los llamados Pactos de Toledo.

Voces muy cualificadas piden que hoy se reediten unos Pactos similares a los referidos. Desde mi punto de vista particular hoy la necesidad es aún mayor, pues, como se ha dicho desde el mismo Gobierno –últimamente, todo hay que decirlo; pero nunca es tarde si la dicha es buen- esta es la crisis más profunda que se ha conocido, superando incluso el crack del año 1929. Y a pesar de esta enorme crisis, nuestros políticos son incapaces de aunar esfuerzos, buscar una solución común y dar una respuesta conjunta. Da la impresión de que unos y otros están a la espera de que la crisis pase y les encuentre lo mejor situados posible. Si soy capaz de superar la crisis, manteniendo el mismo discurso que hice en la campaña electoral, cumpliendo las promesas allí hechas, sin saber –como se proclamaba- que había crisis, entonces en las próximas elecciones tendré hecha, prácticamente, la campaña: Ciudadanos, mi Partido soluciona o sobrepasa las crisis sin rebajar un ápice sus políticas sociales. Esta parece ser, vista desde fuera como ciudadano de a pie, la postura del partido en el gobierno. Por el contrario, la postura de los partidos de oposición parece, también desde fuera, que es quedarse quieto a ver si la crisis quema al gobierno y les dan hecha la campaña: Ciudadanos, nuestro-s partido-s nunca hubiera sido tan inepto de dejarles quemar por la crisis; vótennos y, en nosotros, encontrarán en el futuro un seguro de bienestar, a prueba de crisis.

Es mi visión particular de la situación. Posiblemente no esté del todo acertada, pero creo, sinceramente, que algo de esto hay. Y es penoso. No es de recibo que mientras la situación económica, empresarial, industrial, financiera, familiar empeora por minutos, nuestros políticos no sean capaces de mirar el bien de todos, los intereses generales y lanzarse, unidos, a salir de la crisis, arrimando todos el hombro y en la misma dirección. Tiempos vendrán, cuando se haya superado la crisis, que no sea necesario el consenso y cada partido político se limite a ejercer el papel que los ciudadanos hayan puesto en sus manos, a través de las urnas. Unos, gobernando, los otros, ejerciendo, constructiva y lealmente, sana oposición, descubriendo y denunciando las equivocaciones del que gobierna y, a la vez –y esto es clave- ofreciendo alternativas, que la ciudadanía sabrá sabiamente valorar en las siguientes elecciones. Esto sería lo democrático, lo social y lo que exige un Estado de Derecho, como el nuestro. La Historia, con mayúsculas, sabrá juzgar positivamente su generosidad, si así lo hicieran, como está juzgando la de aquellos primeros políticos de nuestra adolescente democracia. Si entonces fueron capaces de pactar, hoy pueden y deben hacerlo, también. Y sin tardanza, por favor.

domingo, 12 de abril de 2009

PASCUA DE CRISTO, PASCUA DEL CRISTIANO







Los cristianos hemos celebrado estos días el misterio de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Nuestra fe no es el compendio de una serie de pensamientos o elucubraciones que tenemos como verdad o verdades, sino que la esencia de nuestra fe es una persona, Jesucristo. Creemos que en Él el Dios eterno se ha revelado Padre misericordioso, entregándonos por amor a su propio Hijo, quien voluntariamente aceptó su misión: Decirnos que el Dios todopoderoso era nuestro Padre y que Él, el Hijo de Dios vivo, ofrecía su vida en holocausto, libre y voluntariamente, para hacernos, en verdad, hijos de Dios. Y esta misteriosa realidad tiene lugar en nuestro Bautismo. La fe nos dice que, en la vida del cristiano, el dolor y la muerte no hacen sino realizar y consumar lo que tuvo lugar ya, místicamente, en el bautismo. Por el bautismo el cristiano comienza una nueva vida enraizada en Cristo, en su muerte y en su resurrección. Por el Bautismo hemos muerto al pecado y a la muerte y pregustamos ya, anticipadamente, la gloria de la resurrección, la plenitud de la glorificación que Cristo nuestro hermano goza plenamente y que nosotros un día disfrutaremos con Él.



Esta fe en Cristo no nos libra de saborear el amargor de las dificultades de la vida. El dolor, la enfermedad, la marginación, la muerte nos atrapan como a los demás hombres. Pero nuestra actitud difiere radicalmente, gracias a nuestra fe: Cristo ha vencido al mundo, Cristo ha vencido a la muerte. El Padre le ha resucitado y glorificado para siempre a su diestra. Y al triunfar Cristo, hemos triunfado los que estamos injertados en El. Afrontaremos nuestras dificultades y problemas, nuestros dolores y sinsabores, nos comportaremos ante la muerte con Esperanza: La última palabra no es la destrucción y la muerte sino la Vida: Cristo resucitado.



Un antiguo autor cristiano, cuyo nombre desconocemos, narrando la vida y la muerte de la santa virgen y mártir Eugenia, escribe: Cuando Santa Eugenia y su compañera Basilia recibieron del Señor el anuncio de su próximo martirio, Eugenia llamó a las vírgenes que se habían congregado en torno a ella y Basilia, y les habló así: "Ha llegado el tiempo de la vendimia, en que se cortan los racimos y luego se pisan con los pies. Pero después son servidos en el banquete del rey. ¡Sin su sangre, no hay esplendor real ni gloria de dignidad excelsa! ¡Ea, pues, vosotras, sarmientos míos y racimos de mis entrañas, estad preparadas en el Señor!" (Vita S. Eugeniae -Rosweyd: Vitae Patrum, p. 347). Esta es la actitud cristiana ante la muerte. Esta ha sido la actitud de tantos mártires, a lo largo de la historia de la Iglesia, y esta es la actitud de tantos cristianos sencillos cuando afrontan su propia muerte.



Más cercano a nosotros escribía Blas Pascal: "Sabemos que la vida, la vida del cristiano, es un sacrificio continuo que sólo puede culminar en la muerte. Sabemos que, de igual modo que Jesucristo, al entrar en el mundo, se consideró y ofreció a Dios como holocausto y verdadera víctima..., así también lo que se realizó en Cristo Jesús ha de realizarse en todos sus miembros... Consideremos, pues, la muerte en Jesucristo y no sin Jesucristo. Sin Él, la muerte es terrible, espantosa, horror de la naturaleza. En Jesucristo viene a ser completamente distinta: amable, santa, alegría del creyente".



Cristo ha vencido a la muerte, el Padre le ha resucitado y glorificado y nosotros, sus miembros -por el Bautismo-, sus hermanos -por la Encarnación- afrontamos la muerte con la esperanza gozosa de la Resurrección, de nuestra Resurrección.



Esta es la Pascua de Cristo, ésta es la Pascua del Cristiano.