miércoles, 14 de marzo de 2012




Román Encabo.

Mouriño se va o Mouriño se queda. No es fácil acertar cuando se trata de un hombre con una personalidad y un carácter tan fuertes como los del entrenador portugués. Lo que sí está claro es que Mouriño, si puede y los resultados le acompañan -pues, en futbol, los resultados son los que mandan- seguirá en el Madrid hasta que supere su record y gane Champion's y Liga, que aún le faltan.

Por ejemplo:

a) Si este año gana la Liga, pero no es capaz de ganar la Champion's seguirá.

b) Podría haber alguna duda si ganase solamente la Champion's, pues, en caso de venir mal dadas lo tendría fácil: Ningunearía la Liga y diría que él solamente lucha por la Champion's, que es lo que verdaderamente le interesa y tiene transcendencia internacional. Pero,

c) creo que hasta que no gane ambas no se quedará tranquilo.


Si en éste ínterim los resultados empezasen a ser adversos y el público del Bernabéu -al que, por cierto, se le han subido los humos, por aquello de haber visto jugar vestidos de blanco a los mejores futbolistas de la historia- se impacientase y volviese sus gritos y sus pancartas contra él, entonces, ya no lo tendría tan seguro, pues, habría un enfrentamiento entre su voluntad de ganar y su cultivadísimo ego, que se sentiría humillantemente herido.


Pienso que el Real Madrid ganará la Liga. Si es así Mou continuará, aunque no gane la Champion's. Al próximo año será, pensará el entrenador y pensará el madridismo. Y si ganara las dos este año, no es fácil adivinar que decidirá el luso. A lo mejor se larga diciendo: "Ahí queda eso; que lo supere el sucesor". O, quizás, incluso en ese caso -ganando ambas- continúe, queriendo marcar un hito, difícilmente superable en el futuro, por cualquier entrenador que pudiera sucederle.
Mou nos está convenciendo a muchos que, al principio, no éramos fan suyos. Va dominando su carácter, está doblegando el ego de Cristiano, tiene encandilado al 90% de los aficionados y su equipo -el REAL MADRID- es hoy por hoy más famoso que el Barcelona, a pesar de que éste desplega el mejor futbol que se ha contemplado en la historia de este deporte. R.Madrid es R. Madrid, diríamos recordando a Boskov.


Esta noche se enfrenta en el Bernabéu, en octavos, al CSK de Moscú, con el que empató a uno en la ida. Se me antoja que va a ser un partido con goles, cuyos efectos secundarios van a notarse en Can Barsa.



El Barsa ha logrado hilvanar -desde hace unos tres años- el mejor futbol del continente. Sin embargo, continúa con su madriditis crónica y recidivante: No puede vivir sin estar mirando con cierta envidia al Real Madrid. A pesar de que le han llovido elogios de todo el orbe futbolístico por el buen futbol que elabora, sin embargo, empiezan a constatar que los motores de ese precioso tiqui-taca (léase, Xavi, Iniesta y Messi) empiezan a estar saturados de tantos partidos y de tanto dominio del balón y empieza a atisbarse una pérdida lenta pero irreversible de aquella lozanía que exhibían el año pasado y el anterior. Esta es la razón por la que, en una competición de regularidad como es la Liga, vayan ya a 10 puntos de distancia con el Real Madrid. Casillas y los suyos empiezan a ver por el retrovisor, cada vez a más distancia, a las huestes blaugranas y esta situación no hace sino empeorar, espesar y cargar de dudas al futbol que realiza el equipo de Pep Guardiola. Este, Guardiola, tampoco está ayudando nada, con esa manía de jugar al ratón y al gato con su sí o no renovación, pero, esto ya es asunto para otro día.

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