Por un rotundo 4-1 superó el partido de vuelta de octavos el Real Madrid contra el CSK de Moscú. No fue un gran partidazo, pero, en Champion's hay que ser eficaces, pues, de lo que se trata es de llegar y ganar la Final.
Desde el primer minuto, se vio que el Madrid andaba sobrado frente al equipo ruso, a pesar de cierta inseguridad en mi paisano Casillas; a pesar de que -como ya viene siendo demasiado habitual- la defensa hacer ciertas aguas en determinados momentos del partido, lo que no es óbice para que realtemos la rotundidad de los centrales, sobre todo de Ramos, y la alegría que Marcelo imprime a los ataques madridistas; Xabi Alonso, magistral, excepto en la provocación de la tarjeta amarilla que le impide jugar el partido de ida de los Cuartos; Khedira sobrio; Kaká luchador y solidario hombre de equipo; y los atacantes incisivos, dirigidos por un Ozil que es seda pura y que hace que Cristiano e Higuain -y cuando salió Benzemá- rompan cualquier defensa y marquen siempre uno o dos goles per capita.
Estamos, pues, en Cuartos.
Felicito, pues, al Madrid, que, como predije ayer, le ha colado unos cuantos goles a los rusos, aunque mi felicitación no puede ser extensiva a toda la afición del Madrid. En el Bernabéu sobra más de un listillo, que la han tomado con los portugueses y éstos, a pesar de los pesares, son la columna vertebral del equipo.
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