martes, 6 de diciembre de 2011

6 DE DICIEMBRE 2011: DÍA DE LA CONSTITUCIÓN



6 DICIEMBRE 2011: DÍA DE LA CONSTITUCIÓN
Celebramos hoy los españoles el XXXIII aniversario de nuestra Constitución. Se trata de una de las conmemoraciones donde los españoles de bien hemos de sentirnos orgullosos por celebrar, ni más ni menos, que nuestra Ley de leyes.
Una Constitución donde se define qué es España, la Nación Española; donde se pone negro sobre blanco en la definición de los Derechos Fundamentales de todos los Españoles; donde se proclama la igualdad de todos –desde el más grande hasta el más pequeño- ante la Ley; donde se descubre el marco jurídico que limita el ámbito del resto de leyes y normas, pues, todo el sistema jurídico debe estar en consonancia y conjunción con el texto constitucional.
Traigo aquí hoy –a modo de homenaje particular- el texto del Preámbulo de la Constitución, pues, si todo preámbulo es significativo de lo que en un texto legal se quiere plasmar normativamente, en el Preámbulo de nuestra Constitución se ha acertado plenamente y debe servir de referencia hermenéutica del resto del articulado:

PREÁMBULO
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra
”.
La Nación Española proclama, dice el primer punto, su voluntad de “Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo”. Por eso, el primer artículo de la Constitución no podía ser sino una transcripción normativa de esa proclamación:
Artículo 1. 1.España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
En el Preámbulo y en este primer articulo se encuentra, a mi juicio, la clave de bóveda de toda la Constitución. España se plantea como meta establecer entre los ciudadanos los valores fundamentales de la justicia, la libertad y la seguridad y en uso de su soberanía, como Nación, fija en el artículo primero el instrumento para lograrlo: Constituir un Estado social y democrático de Derecho que propugna y defiende los valores superiores mencionados (justicia, libertad, seguridad, igualdad y pluralismo político), lo cual se irá plasmando a través de los 169 artículos que componen la Constitución, de sus 4 Disposiciones Adicionales y de sus 9 Disposiciones Transitorias.

Los párrafos constitucionales hasta aquí transcritos deben informar y configurar no solamente el resto de los artículos de la Constitución –como así lo hacen-, sino, también, todo el ordenamiento jurídico existente. Desde un punto de vista hermenéutico o interpretativo son referencias en las que toda ley o norma, toda interpretación y aplicación de las leyes –resoluciones judiciales- deben fijarse y tener como referencia y faro. Si esto se hiciera así, las sentencias judiciales y las resoluciones administrativas estarían siempre impregnadas de legitimidad y acierto y daría un amplio juego a la hora de tomar muchas decisiones en las que –se dice- pudiera darse una cierta laguna legal. No bajo ahora a más pormenores, pero ello es obvio.
Dentro del Título I, Derechos y Deberes Fundamentales, está el fundamental artículo 14, que hoy quiero colgar aquí por ser pieza fundamental de la garantía jurídica de los ciudadanos:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”

En base a la Igualdad que proclama y exige el artículo 14 y en base a que la igualdad es un valor superior –artículo 1- de nuestro ordenamiento jurídico es obvio que debe ser reformado el inciso del artículo 57 de la misma Constitución, donde se posterga a la mujer en beneficio del varón en el caso de la sucesión monárquica. Esta reminiscencia de la Ley Sálica debe ser eliminado, cuando se actualicen algunos textos más de la Constitución –Título VIII, De la Organización Territorial del Estado-, cuya reforma hay que abordar para adaptarla al momento actual. Son 33 años de vigencia de la actual Constitución y, como toda obra humana, necesita limar, limpiar y actualizar algunos conceptos que han devenido con el tiempo inaceptables o contraproducentes. Se han efectuado ya algunos retoques constitucionales para adaptar su contenido a la legislación de la Unión Europea (Artículo 135,2: El Estado y las Comunidades Autónomas no podrán incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos, en su caso, por la Unión Europea para sus Estados Miembros; y Artículo 10.2: Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.y a los Tratados y Acuerdos internacionales ratificados por España).
El mejor servicio que se podría hacer a nuestra Norma Fundamental era adaptar su contenido a las circunstancias actuales, modificando aquellas cosas que vemos que empiezan a ser estorbo que no dejan circular adecuadamente la rueda constitucional. En tiempos más difíciles los españoles fuimos capaces de darnos este texto constitucional y, ahora, hemos de corregirlo y adaptarlo a las nuevas necesidades. Durante estos tres largas décadas hemos constatados las cosas que faltan y somos conscientes de las que sobran. Pues, manos a la obra, con el apoyo de todo el pueblo español, que cuando se le presentan grandes retos sabe responder y estar a la altura de las circunstancias.



¡Viva la Constitución Española y Viva España!



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