miércoles, 13 de marzo de 2013

PRIMERA ELECCIÓN: FUMATA NEGRA.

Ayer, a la entrada de la Sixtina los cardenales electores fueron acogidos por el el Prefecto de la Casa Pontificia, arzobispo Georg Gänswein; el Sustituto de la Secretaría de Estado, arzobispo Angelo Becciu; el Secretario para las Relaciones con los Estados, arzobispo Dominique Mamberti; el Comandante de la Guardia Suiza Pontificia, Daniel Rudolf Anrig; los religiosos y religiosas encargados de la Sacristía; los sacerdotes confesores; y el personal de servicio autorizado. Guardaban las puertas de la Capilla Sixtina miembros del Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia.


Cada uno de los cardenales ocupó el sitial de madera de cerezo con su nombre, dispuesto según el orden de precedencia: obispos, presbíteros y diáconos. Todos juntos han entonado el “Veni Creator”. Terminado el canto, el cardenal Re les ha invitado a pronunciar el siguiente juramento en latín:

“Todos y cada uno de nosotros Cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la Constitución Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II, Universi Dominici Gregis, emanada el 22 de febrero de 1996. Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que quienquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el “munus petrinum” de Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede. Sobre todo, prometemos y juramos observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio; no violar de ningún modo este secreto tanto durante como después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice; no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención con la cual autoridades seculares de cualquier orden o grado, o cualquier grupo de personas o individuos quisieran inmiscuirse en la elección del Romano Pontífice”.

A continuación, cada cardenal elector, según el orden de precedencia, juró, en latín, poniendo la mano sobre el Evangelio colocado en un atril en el centro de la Capilla Sixtina la fórmula siguiente: “Y yo, Cardenal (el nombre propio) prometo, me obligo y juro”, y ha añadido: “Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.

Cuando el cardenal James Michael Harvey, último de los electores ha prestado juramento, el Maestro de ceremonias, monseñor Guido Marini ha pronunciado la formula tradicional "Extra omnes" y aquellos que no participan en el Cónclave abandonaron la Capilla Sixtina cuyas puertas se cerraron a las 17,35.

Ayer, pues, día 12 de marzo, dio comienzo el Cónclave para elegir nuevo Pastor de la Iglesia Católica. Dentro de la capilla Sixtina -estando aún presente el Maestro de Ceremonias- , el Cardenal Prosper Grech dio una meditación a los cardenales electos, sobre el grave deber que tienen ante sí, ante Dios y ante la Iglesia de elegir al Papa, y hacerlo con rectitud de intención, buscando cumplir, solamente, la voluntad de dios y mirando, únicamente, al bien de toda la Iglesia.
Tras la exhortación y a instancias del cardenal Giovanni Battista Re el colegio cardenalicio, elector, dio comienzo a la primera elección del Cónclave, que por ser la primera era facultativa.

El resultado de esta primera elección: Fumata negra. No hubo elección en esta primera votación del Cónclave.

(Datos tomados de VIS)

No hay comentarios:

Publicar un comentario