jueves, 21 de febrero de 2013

SEDE VACANTE Y ELECCIÓN DEL NUEVO PAPA (II)


¿CUÁNDO COMENZARÁ EL CÓNCLAVE?

Sabemos, por decirlo Benedicto XVI al anunciarnos su renuncia, que la Sede Vacante comenzaría el próximo día 28 de febrero a las 20:00 horas. Ahora la pregunta es cuándo se pronunciará la célebre frase "omnes extra" y los cardenales se encerrarán bajo llave -cum clave- en la Capilla Sixtina.
La Constitución Apostolica Universi Dominici Gregi promulgada por Juan Pablo II en 1996, que regula el procedimiento para la elección del nuevo Papa, reza así:

37. Establezco, además, que desde el momento en que la Sede Apostólica esté legítimamente vacante los Cardenales electores presentes esperen durante quince días completos a los ausentes; dejo además al Colegio de los Cardenales la facultad de retrasar, si hubiera motivos graves, el comienzo de la elección algunos días. Pero pasados al máximo veinte días desde el inicio de la Sede vacante, todos los Cardenales electores presentes están obligados a proceder a la elección.

Por tanto, en principio, pues, el plazo para proceder a la elección será no menor de 15 días ni mayor de 20, desde el inicio de la Sede vacante. No obstante, desde el pasado 11 de febrero, en que anunció la renuncia, ha corrido el rumor de que podría adelantarse la fecha de apertura. Este adelanto solamente podría tener lugar modificando, previamente, el número 37 citado de la Universi Dominici Gregi. Y como este documento es una Constitución Apostólica, sería el Papa quien, única y exclusivamente, podría promulgar tal modificación.

El portavoz vaticano, P. Lombardi, no ha excluido esta posibilidad, aunque no ha ratificado el rumor. Al tratarse de un caso inédito desde hace 600 años, no nos extrañaría que, dado que la renuncia ha sido anunciada con mucha antelación y los Cardenales electores, provenientes de todas las partes del mundo, han tenido y tienen tiempo suficiente para venir y reunirse en el Vaticano, no sería extraño, digo, que el Papa  redujese el período de tiempo que debe haber desde el inicio de la Sede vacante hasta la apertura del Cónclave. La circunstancia quizá lo requiera, pues, esta Sede vacante es original, sui generis, dado que el Papa anterior no está muerto, sino que, habiendo renunciado, vivirá retirado. A pesar de que el mismo Papa ha dicho que a partir de su renuncia "vivirá retirado para el mundo", a nadie se le escapa que el interregno para dar comienzo al cónclave debería ser no excesivamente largo, pues, no adivinamos que su prolongación pueda tener ninguna ventaja (con un Papa "mérito" -se que no es muy apropiada la denominación- en la sombra) y una Iglesia dirigida por los Cardenales. Lo mejor sería que el Cónclave empezase a primeros de marzo, pues, el objetivo y el espíritu de la Universi Dominici Gregi, explicitado en su número 37, quedaría así salvaguardado y cumplido y su modificación, ad hoc, redundaría 
beneficiosamente.
Una posible modificación, pues, que podría ser aplicando el período a los casos concretos de anuncios de renuncia -cara al futuro- o bien con aplicación particular para el caso presente que la renuncia de Benedicto XVI ha planteado. Saldremos pronto de dudas.



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