Desde el último post que firmé en este blog el pasado año, han sucedido muchas cosas. La más significativa, desde el punto de vista político, es indudablemente el cambio de Gobierno. Rajoy –el Partido Popular- ha formado nuevo Gobierno y ha empezado a gobernar. ¡Vaya si lo ha hecho! De momento lo más chocante, entre las varias medidas que tomó en su segundo Consejo de Ministros del pasado 30 de diciembre, ha sido una significativa subida de impuestos.
Chocante, porque en la campaña electoral se habían cansado, Rajoy y los suyos, de decir alto y claro que la subida de impuestos era contraproducente y sería un palo que atascaría y rompería los radios de la rueda de creación de empleo. No hace falta recoger aquí el cúmulo de frases al respecto, ya que la prensa de estos días –de un signo o de otro- nos los ha recordado explícitamente. Lo cierto es que MR dijo que no subiría impuestos, para promocionar la creación de empleo por parte de emprendedores y PYMES y hete aquí al Gobierno de Rajoy lanzando la subida más fuerte de todas las habidas.
El problema de esta medida, amén de la mentira que comporta respecto de sus promesas electorales –sus votantes y el tiempo le prescribirán la receta pertinente al respecto-, es que esa vía –la subida de impuestos- es la que tenía en su agenda el Partido Socialista. Si la solución a la crisis era socializar las deudas entre todos –eso sí, “progresivamente”; coño faltaría más- y limitar a un grupo reducido el disfrute de las ganancias, pues, para eso, digo, no necesitábamos haber cambiado de muñecos –dicho sea con todo respeto y figurativamente- en el cuadrito del gobierno. Eso lo hubieran hecho igual y mejor –es decir, con más subidas y en más impuestos- los socialistas de Zapatero. Cierto que éstos disimulaban diciendo que impondrían los impuestos sólo a “los más ricos”, pero, ya sabemos que eso es siempre el pantallazo para, de hecho, hacer recaer la carga impositiva sobre todos los demás, particularmente, sobre los asalariados. Estos, los que tenemos nómina, somos siempre los paganinis de todas estas ideas deslumbrantes de eliminar el déficit –o de redistribuir la renta- a base de impuestos.
Mas, lo peor, siendo mucho la subida de impuestos y el haberlo hecho en contradicción con su mensaje electoral, es, en mi opinión, que no ha explicado bien lo que ha hecho ni porqué lo ha hecho. En primer lugar, la medida era tan inesperada y tan drástica que Rajoy no debería haberse solapado en sus Ministros a la hora de comunicar e intentar explicar la medida. Debería haberlo hecho él personalmente. Recuerdo que en el discurso de investidura dijo que él siempre diría la verdad. Pues, Sr. Presidente del Gobierno, de momento Vd., personalmente Vd., no lo ha hecho. Y no nos sirve que lo haga su Vicepresidenta ni varios de sus Ministros. No. Debería haber sido usted, personalmente, explicando lo doloroso de la medida. Quizá no lo hiciera, se me antoja, por una razón: No vale, no es de recibo la razón que esgrimió Soraya Sáez de Santamaría, decir que se habían encontrado un déficit superior al 6% que habían dicho los socialistas. Claro que había un déficit superior al 6%. Tan claro que, Vds., ya lo sabían previamente en el momento electoral. Así lo expresó Montoro a algún periodista que, así, lo ha escrito. Así lo sabíamos todos, pues, era de esperar esa mentira en el equipo de gobierno saliente en este campo, como las ha habido en tantos otros. Todos los analistas económicos y financieros coincidían en que se rondaría el 8%. Luego, eso no les podía pillar de improviso. Y como Vd., Sr. Rajoy, sabe que esto es así, por eso se le critica haber “descargado" la responsabilidad en sus segundos.
A pesar de lo dicho, supongamos que la medida adoptada fuera absolutamente inesquivable. Que hubiera que tomarla velis nolis. Bien. Pero, ¿por qué no ha empezado por tomar medidas de carácter estructural, tales como, a) supresión de televisiones públicas; b) reforma del mercado laboral; c) prohibición de que excepto el Ministro, Secretario de Estado y Subsecretario los demás altos cargos de los ministerios tengan a su disposición vehículo del Parque Móvil del Estado ; d) adelantar que una serie de materias iban a pertenecer, en adelante, a la competencia exclusiva del Estado y que ya se estudiaría, posteriormente y con calma, cómo se implementaría esto, pues, supondría, necesariamente, una reforma de la Constitución; e) o sobran las Diputaciones Provinciales o sobran los 17 “miniestados”, que es lo que son las Comunidades Autónomas: podría haber adelantado unas líneas maestras al respecto que, ulteriormente, iría completando y desarrollando legislativamente; f) reestructuración definitiva del maltrecho sistema financiero, llevando a cabo las reformas necesarias que antes no se atrevió a ejecutar el gobierno socialista y que ya veremos qué hacen Vds.; g) reestructuración, organización y fusión de las empresas públicas que pululan como níscalos en las Comunidades Autónomas y en los Entes Locales, así como alguna que otra en el Sector de la Administración General del Estado, y cuyas ganancias son altamente discutibles; h) invitar a las Comunidades Autónomas a cerrar sus “embajadas” en el extranjero, so pena de no recibir ayuda para no caer en “default” y dejar sin cobrar la extraordinaria a los funcionarios –léase Generalidad Valenciana-; i)…..; j).et alia….
Muchos habíamos puesto en Vd., Sr. Rajoy, bastantes ilusiones. Pensábamos que iba a aplicar medidas nuevas, remedios originales. De momento, la subida de impuestos es una cantinela muy conocida por esta vieja ciudadanía. Y tenga, por favor, una cosa en cuenta: No somos tontos. Cuatro años –si termina la legislatura- no es nada, llegan pronto. Ahí tendrá que someterse a nuestro examen de reválida. Aplique, por favor, alguna medida original en la cuestión de la reforma laboral. Pero, de esto hablaremos en otro momento.
Por mi parte, pienso que posiblemente hayan sido unas medidas pertinentes de cara a calmar a la Unión Europea y a los mercados. Ambos están hartos de que les mintamos. Pero, por favor, ¿cuesta tanto explicar –me refiero al Presidente del Gobierno y no los 3 ministros que lo hicieron, aunque no del todo explícitamente- la situación y el porqué o la necesidad de tomar esas medidas de manera inmediata, sin perjuicio de que, posteriormente, se tomen otras de carácter más estructural? Muchos creemos en una solución liberal y moderna, sin necesidad de acudir al socorrido keynessianismo socialista de los impuestos.
La crisis actual es de carácter general, es cierto; pero en España tiene unos ribetes peculiares. Aquí el gran problema, el enorme cáncer de nuestra economía pública (déficit y deudas públicos) son las Autonomías. El gran problema es el marco territorial, cuya dirección es absolutamente contraria a las medidas de reajuste y sobriedad que nos piden Europa y los Mercados. O lo solucionamos o nos los solucionarán aquellos. Al tiempo.
Chocante, porque en la campaña electoral se habían cansado, Rajoy y los suyos, de decir alto y claro que la subida de impuestos era contraproducente y sería un palo que atascaría y rompería los radios de la rueda de creación de empleo. No hace falta recoger aquí el cúmulo de frases al respecto, ya que la prensa de estos días –de un signo o de otro- nos los ha recordado explícitamente. Lo cierto es que MR dijo que no subiría impuestos, para promocionar la creación de empleo por parte de emprendedores y PYMES y hete aquí al Gobierno de Rajoy lanzando la subida más fuerte de todas las habidas.
El problema de esta medida, amén de la mentira que comporta respecto de sus promesas electorales –sus votantes y el tiempo le prescribirán la receta pertinente al respecto-, es que esa vía –la subida de impuestos- es la que tenía en su agenda el Partido Socialista. Si la solución a la crisis era socializar las deudas entre todos –eso sí, “progresivamente”; coño faltaría más- y limitar a un grupo reducido el disfrute de las ganancias, pues, para eso, digo, no necesitábamos haber cambiado de muñecos –dicho sea con todo respeto y figurativamente- en el cuadrito del gobierno. Eso lo hubieran hecho igual y mejor –es decir, con más subidas y en más impuestos- los socialistas de Zapatero. Cierto que éstos disimulaban diciendo que impondrían los impuestos sólo a “los más ricos”, pero, ya sabemos que eso es siempre el pantallazo para, de hecho, hacer recaer la carga impositiva sobre todos los demás, particularmente, sobre los asalariados. Estos, los que tenemos nómina, somos siempre los paganinis de todas estas ideas deslumbrantes de eliminar el déficit –o de redistribuir la renta- a base de impuestos.
Mas, lo peor, siendo mucho la subida de impuestos y el haberlo hecho en contradicción con su mensaje electoral, es, en mi opinión, que no ha explicado bien lo que ha hecho ni porqué lo ha hecho. En primer lugar, la medida era tan inesperada y tan drástica que Rajoy no debería haberse solapado en sus Ministros a la hora de comunicar e intentar explicar la medida. Debería haberlo hecho él personalmente. Recuerdo que en el discurso de investidura dijo que él siempre diría la verdad. Pues, Sr. Presidente del Gobierno, de momento Vd., personalmente Vd., no lo ha hecho. Y no nos sirve que lo haga su Vicepresidenta ni varios de sus Ministros. No. Debería haber sido usted, personalmente, explicando lo doloroso de la medida. Quizá no lo hiciera, se me antoja, por una razón: No vale, no es de recibo la razón que esgrimió Soraya Sáez de Santamaría, decir que se habían encontrado un déficit superior al 6% que habían dicho los socialistas. Claro que había un déficit superior al 6%. Tan claro que, Vds., ya lo sabían previamente en el momento electoral. Así lo expresó Montoro a algún periodista que, así, lo ha escrito. Así lo sabíamos todos, pues, era de esperar esa mentira en el equipo de gobierno saliente en este campo, como las ha habido en tantos otros. Todos los analistas económicos y financieros coincidían en que se rondaría el 8%. Luego, eso no les podía pillar de improviso. Y como Vd., Sr. Rajoy, sabe que esto es así, por eso se le critica haber “descargado" la responsabilidad en sus segundos.
A pesar de lo dicho, supongamos que la medida adoptada fuera absolutamente inesquivable. Que hubiera que tomarla velis nolis. Bien. Pero, ¿por qué no ha empezado por tomar medidas de carácter estructural, tales como, a) supresión de televisiones públicas; b) reforma del mercado laboral; c) prohibición de que excepto el Ministro, Secretario de Estado y Subsecretario los demás altos cargos de los ministerios tengan a su disposición vehículo del Parque Móvil del Estado ; d) adelantar que una serie de materias iban a pertenecer, en adelante, a la competencia exclusiva del Estado y que ya se estudiaría, posteriormente y con calma, cómo se implementaría esto, pues, supondría, necesariamente, una reforma de la Constitución; e) o sobran las Diputaciones Provinciales o sobran los 17 “miniestados”, que es lo que son las Comunidades Autónomas: podría haber adelantado unas líneas maestras al respecto que, ulteriormente, iría completando y desarrollando legislativamente; f) reestructuración definitiva del maltrecho sistema financiero, llevando a cabo las reformas necesarias que antes no se atrevió a ejecutar el gobierno socialista y que ya veremos qué hacen Vds.; g) reestructuración, organización y fusión de las empresas públicas que pululan como níscalos en las Comunidades Autónomas y en los Entes Locales, así como alguna que otra en el Sector de la Administración General del Estado, y cuyas ganancias son altamente discutibles; h) invitar a las Comunidades Autónomas a cerrar sus “embajadas” en el extranjero, so pena de no recibir ayuda para no caer en “default” y dejar sin cobrar la extraordinaria a los funcionarios –léase Generalidad Valenciana-; i)…..; j).et alia….
Muchos habíamos puesto en Vd., Sr. Rajoy, bastantes ilusiones. Pensábamos que iba a aplicar medidas nuevas, remedios originales. De momento, la subida de impuestos es una cantinela muy conocida por esta vieja ciudadanía. Y tenga, por favor, una cosa en cuenta: No somos tontos. Cuatro años –si termina la legislatura- no es nada, llegan pronto. Ahí tendrá que someterse a nuestro examen de reválida. Aplique, por favor, alguna medida original en la cuestión de la reforma laboral. Pero, de esto hablaremos en otro momento.
Por mi parte, pienso que posiblemente hayan sido unas medidas pertinentes de cara a calmar a la Unión Europea y a los mercados. Ambos están hartos de que les mintamos. Pero, por favor, ¿cuesta tanto explicar –me refiero al Presidente del Gobierno y no los 3 ministros que lo hicieron, aunque no del todo explícitamente- la situación y el porqué o la necesidad de tomar esas medidas de manera inmediata, sin perjuicio de que, posteriormente, se tomen otras de carácter más estructural? Muchos creemos en una solución liberal y moderna, sin necesidad de acudir al socorrido keynessianismo socialista de los impuestos.
La crisis actual es de carácter general, es cierto; pero en España tiene unos ribetes peculiares. Aquí el gran problema, el enorme cáncer de nuestra economía pública (déficit y deudas públicos) son las Autonomías. El gran problema es el marco territorial, cuya dirección es absolutamente contraria a las medidas de reajuste y sobriedad que nos piden Europa y los Mercados. O lo solucionamos o nos los solucionarán aquellos. Al tiempo.
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