sábado, 19 de febrero de 2011

VI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO



Evangelio
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la
Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino
a dar plenitud. En verdad os digo que antes
pasarán el cielo y la tierra que deje de
cumplirse hasta la última letra o tilde de la
Ley. El que se salte uno solo de los preceptos
menos importantes y se lo enseñe así a
los hombres, será el menos importante en
el reino de los cielos. Pero quien los cumpla
y enseñe será grande en el reino de los
cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia
no es mayor que la de los escribas y fariseos,
no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos:
No matarás, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de
la cólera contra su hermano, será procesado.
Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio.
Pero yo os digo: todo el que mira a
una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio
con ella en su corazón. Se dijo: El que
repudie a su mujer, que le dé acta de repudio.
Pero yo os digo que, si uno repudia a su
mujer –no hablo de unión ilegítima– y se
casa con otra, comete adulterio. También
habéis oído que se dijo a los antiguos: No jurarás
en falso y Cumplirás tus juramentos
al Señor. Pero yo os digo que no juréis en
absoluto. Que vuestro hablar sea Sí, Sí; No,
No. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
Mateo 5, 17-37

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