sábado, 19 de febrero de 2011



Benedicto XVI se dirige en particular a estos jóvenes, y les dice que, «a menudo, la pasión y la cruz de Jesús dan miedo, porque parecen ser la negación de la vida. En realidad, es exactamente al contrario.


La cruz es el Sí de Dios al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna.


Queridos jóvenes –les exhorta–, aprended a ver y a encontrar a Jesús en la Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, hasta el punto de hacerse alimento para el camino; pero también y atraviesan dificultades, que necesitan vuestra ayuda».

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