domingo, 14 de junio de 2009

CORPUS CHRISTI: Cuerpo y Sangre de Cristo


Quiero honrar hoy el Corpus Christi, transcribiendo un párrafo precioso de Santo Tomás de Aquino:

¡Precioso y admirable banquete, saludable y que rebosa toda suavidad! ¿Puede haber algo más precioso que este banquete, en que se nos presenta, como alimento, no ya las carnes de los animales sacrificados, como en otro tiempo cuando estaba en vigencia la Ley, sino a Cristo, verdadero Dios? ¿Hay algo más maravilloso que este sacramento?

Tampoco existe sacramento alguno más saludable que éste, ya que en él se purifican los pecados, se acrecienta las virtudes y la mente queda ungida de la abundancia de todos los espirituales carismas. En la Iglesia se ofrece por vivos y muertos, para que a todos aproveche, ya que por la salvación de todos fue instituido… Para que la inmensidad de este amor se grabara más hondamente en los corazones de los fieles, en la última cena, cuando se hallaba a punto de pasar de este mundo al Padre, después de celebrar la Pascua con sus discípulos, instituyó este sacramento, como memorial perenne de su pasión, como cumplimiento de las antiguas figuras y el mayor de los prodigios por él: el dejarles, en la tristeza de su ausencia, un consuelo único.

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