miércoles, 16 de octubre de 2013

SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA

Hoy celebramos la memoria de San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir. Fue el segundo sucesor de Pedro, como obispo de Antioquía. Es importante su figura por tratarse de un discípulo directo del Apóstol Juan.
Según la tradición el emperador Trajano ordenó que lo llevasen preso a Roma, desde el oriente, para ser sacrificado por las fieras en las fiestas populares. Fue durante este trayecto, por tierra y por mar, en el que, en medio de muchas y difíciles vicisitudes, escribió sus célebres cuatro cartas. La cuarta, dirigida a los fieles de Roma, donde iba a ser martirizado, es una de las más célebres y bonitas, por su sabor eucarístico-martirial: "Permitid que sirva de alimento a las bestias feroces para que por ellas pueda alcanzar a Dios. Soy trigo de Cristo y quiero ser molido por los dientes de las fieras para convertirme en pan sabroso a mi Señor Jesucristo".
Es muy importante, también, para la fe católica cómo resalta el nexo entre la eucaristía y la Iglesia, entre Cristo, uno, y la Iglesia, una, unida en torno al obispo: «Usad una sola Eucaristía; porque la carne de Jesucristo Nuestro Señor es una y uno el cáliz para unirnos a todos en su sangre. Hay un altar, así como un obispo, junto con el cuerpo de presbíteros y diáconos, mis hermanos siervos, para que todo lo que hiciereis vosotros lo hagáis de acuerdo con Dios.»

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