miércoles, 12 de marzo de 2014

PRIMER ANIVERSARIO DEL PAPA FRANCISCO

http://www.vatican.va/auguri-francesco/pont_2014/sp/index.html
 
Mañana, día 13 de marzo se cumple el primer aniversario de la elección del Papa Francisco. Cuelgo aquí, hoy, estas palabras en señal de agradecimiento y felicitación. Agradecimiento a Dios, por que el Papa Francisco ha supuesto para todo el mundo, no solo para la Iglesia Católica, un caudal de agua fresca, una ventana de aire nuevo que han renovado en lo más hondo del corazón humano, de todas aquellas gentes de buen corazón que estamos atentos a sus gestos y palabras, lo más puro y prístino que hay en nosotros como personas. Ha sacado de nosotros lo mejor.
 
Y todo ésto lo ha logrado, hablándonos de Dios. Descubriéndonos que Dios es nuestro Padre, nuestro buen Padre,  que cuida y se preocupa de nosotros. El Papa nos dicho, incesantemente durante este año, que somos muy importantes para Dios; que estemos en la situación que estemos, Dios nunca nos abandona ni se olvida de nosotros; que aunque nosotros nos separemos y apertemos, él no lo hace y está siempre ahí -paciente y con amor tierno y misericordioso- esperando que vayamos a su encuentro. Podríamos decir que la parábola del hijo pródigo, la del padre bueno que salía todos los días a ver si regresaba su hijo perdido al hogar, es la mejor explicación del contenido del mensaje del Papa, de sus gestos y de sus palabras.  

 
Pero, estas palabras -decía al principio-, también quieren ser de felicitación. Sí; deseo felicitar, en primer lugar al propio Papa Francisco. Su tarea y sus objetivos son de gran calado, no se ejecutan en un tiempo corto, pero, van calando poco a poco, cual lluvia fina que cae sobre la tierra, para, empapándola, hacerla finalmente germinar. El está cumpliendo el papel del sembrador que nuestro Señor nos ejemplificó en sus parábolas. Pero, esta felicitación ha de hacerse extensiva también a toda la Iglesia, pues, la presencia de un Papa como Francisco es motivo de gran alegría para todos nosotros, para todos los creyentes. ¿Cómo no nos vamos a alegrar los católicos, los cristianos católicos, cuando vemos que todos los hombres, creyentes o no, dirigen su mirada hacia el Papa Francisco con cara esperanzada y corazón abierto y receptivo a su mensaje? Tenemos, pues, que felicitarnos y cumplir lo que tantas veces nos dice al final de sus palabras: Rezar por él. Sí, hemos de rezar diariamente por el Santo Padre, para que Dios le de las fuerzas suficientes para llevar a cabo la tarea ingente de renovación de su Iglesia, de sus estructuras; de insuflar en sus obispos y sacerdotes la necesidad de esa alegría pastoral, de ese "olor a oveja", atenta a las necesidades de sus hermanos los hombres; de ese estar al servicio de la Comunidad y del mundo entero.



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