lunes, 27 de agosto de 2012

ALTEA: "LA CÚPULA DEL MEDITERRÁNEO"



Torre y Cúpula

Entre Calpe y Benidorm se encuentra uno de los pueblos más bonitos de España: Altea. Protegida por la sierra Bernia, Altea no tiene la masificación de Benidorm, pero se eleva señorial y altiva sobre una colina, por lo que recibe el nombre de “la Cúpula del Mediterráneo”.
Altea es un coqueto pueblo alicantino, situado en la comarca de la Marina Baixa, dentro de la llamada Costa Blanca. Su bahía está enmarcada entre la punta del Albir y el morro Toix, por lo que montaña y costa son los dos elementos determinantes de esta bella población levantina.

Mirador (Morro de Toix, al fondo)

Mirador (al fondo Punta Albir)

El casco antiguo se extiende por las laderas de un cerro, en cuya cima se encuentra la Iglesia Parroquial, dedicada a la Virgen del Consuelo, y cuyo campanario y amplia bóveda, cerrada por bellas y originales cúpulas de tejas blancas y azules, son la máxima altura del pueblo.

Cúpulas

Se accede hasta la Iglesia, ascendiendo por empedradas, escalonadas y estrechas callejuelas, que aumentan su belleza con los pequeños miradores y glorietas que en ellas se encuentran. Las casas, encaladas en blanco, hacen que la meridiana luz mediterránea se refleje y multiplique, convirtiendo la estancia del visitante en un momento de felicidad y optimismo, no exento de sosiego. No en vano y desde hace mucho tiempo Altea ha sido descubierta por artistas y gentes de la bohemia que han fijado allí su residencia, degustando, anticipadamente, el paraíso.
Plaza
Calle Típica
A muy pocos kilómetros de Altea, se encuentra el municipio de Callosa d’En Sarriá donde vamos a visitar Les Fonts de l’Algar. Se trata de un bello paraje natural, muy bien conservado ecológicamente y dotado de unos variados servicios turísticos. El río Algar o río de la salud, como se le denominaba antiguamente, dada la calidad de sus aguas, nace un poco más arriba y en Altea tiene su desembocadura. En su bajada de la sierra Bernia, el río Algar recoge las aguas de varias fuentes cercanas y aumenta su caudal dejando unas cascadas maravillosas, cuyas aguas burbujeantes recogen pozas y charcos naturales donde los turistas pasan unos momentos inolvidables, enmarcados en un paraje sin igual.
 

Cascada


Cascada y charco









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