jueves, 26 de mayo de 2011



En la revista semanal número 739 de Alfa y Omega, leo esta maravillosa Carta de una madre coruñesa, Esclavitud García Cidón, a su hijo. La transcribo aquí, porque pienso que puede ser traspolable a tantas de nuestras familias, hoy en día.


"Carta a mi hijo
Quiero decirte que lo único que deseo para ti es lo mejor; que seas bueno y feliz.
Pero la felicidad está muy unida a esa paz interior, que cuando la tenemos,
nada de lo que suceda a nuestro alrededor, por adverso que sea,
empaña nuestra estabilidad.

Sé y sabes lo que debemos ser: buenas personas, buenos profesionales,
buenos padres, buenos amigos; en una palabra, ser íntegros, en la
medida en que nuestra mediocridad y limitaciones nos lo permitan.
Esto es lo que deseo para mis hijos. Pero….

me duele que tus hermanos y tú os hayáis contagiado de estas ideas extrañas que han adoptado muchos jóvenes: son buenos, sanos en sus ideas, ambiciosos en sus proyectos,
solidarios..., pero viven de espaldas a Dios, y Él es para ellos un ser lejano,
al que ignoran. Me pregunto: ¿Son más felices? No. La felicidad está en
razón directa con nuestro vivir cerca de Dios. Está en cumplir lo poquísimo
que nos pide. Si la juventud no vive lo que Dios quiere, se aleja de Él, aunque
sabe que hay modos de vivir que no son los que debieran ser, por mucho
que se pongan de moda.

Me duele que os vayáis alejando de Dios. Tenéis que admitir que en vuestra vida,
si seguís así, habrá una carencia.
No siempre he sabido expresar cuál es mi estado de ánimo: a veces, una infinita tristeza;
otras, serena; y hoy, más tranquila, porque el reconocimiento médico ha
sido magnífico. Cuando me hacían la gammagrafía ósea pensaba en
vosotros, en ti de manera especial. Le pedía a Dios que os guarde de todo
peligro y seáis felices.

Una de mis obsesiones, cuando algún miembro de la familia inicia un viaje,
es que su equipaje incluya ir en paz con Dios. Ojalá sea su postura.
Siempre es hora de recapacitar. No pienses en si me
disgusto, sino en si Dios está contento
contigo. Un beso muy grande, de
mamá".
Esclavitud García Cidón
La Coruña

No hay comentarios:

Publicar un comentario