lunes, 4 de octubre de 2010


Mou es mucho Mou. Para bien y para mal, para lo bueno y lo malo. Venir al Real Madrid de entrenador supone para Mouriño un examen de Reválida (aviso para los sufridores de la LOGSE: se trataba de un examen general que se sufría al terminar el bachillerato elemental -4º curso- y otro examen general -la Reválida de 6º- al acabar el bachillerato superior). En aquel plan de estudios había que aprobar el bachillerato elemental -Mouriño lo hizo con el Oporto- y el bachillerato superior -también lo hizo con el Chelsea y el Inter-, pero, finalmente, había que revalidar todos esos estudios, todos esos cursos -duros: se suspendía...- aprobados con sus respectivas Reválidas.


Pues bien: El Madrid es la Reválida y el -más antiguo aún- Examen de Grado del entrenador portugués. Madrid, con su prensa, y el Real Madrid, como institución, son mucho Madrid. Si lo supera será un gran Universitario, ya por el plan Bolonia, será un entrenador idolatrado.


Pero cuidado. Este es el momento en que Mou debe demostrar que es inteligente, amén de muy listo. Esto último lo ha demostrado con creces. Ahora le toca acreditar lo primero. Enfrentarse -como él hace y le gusta hacer a la prensa y, concretamente, a la prensa de Madrid es tarea ardua, que no todos los entrenadores pueden afrontar. No dudo del resto de periodistas, pero, no cabe duda de que el periodismo (incluyo a prensa, radio y televisión, sin olvidar internet) madrileño está a la cabeza, con varias vueltas de ventaja, sobre el resto de la prensa española y extranjera. Me estoy refiriendo a la prensa deportiva y tomando como baremo la independencia crítica. Si Mou es inteligente, sabrá estudiarla -a la prensa- comprehenderla, lidiarla y utilizarla -en el mejor sentido del término- a su favor y a favor del Real Madrid. Esta es su Reválida. Yo tengo mis dudas, pero...quizás lo logre. El tiempo dará y quitará razones. Pero, ¡ojo: debe extremar la intuición, la perspicacia, la comprehensión, la dialéctica y la inteligencia deportivas! Madrid es mucho Madrid.


Dios quiera lo logre. Se lo merece, pues, es un gran trabajador -independientemente de su facunda locuocidad y su insultante pretenciosidad- y se entrega en cuerpo y alma a las causas que ama. Al menos lo ha hecho hasta ahora.


¡Suerte para Mouriño, que será suerte para el Real Madrid!

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