lunes, 25 de junio de 2012

FIN DE SEMANA EN NAVARREDONDILLA: MI PUEBLO

Este fin de semana lo he disfrutado en mi Navarredondilla, con María Jesús, mis hermanos y alguno de los sobrinos. Una gozada. Navarre se encuentra, todavía, solitario, sin que "los madrileños" hayan llegado a pasar allí sus vacaciones estivales. Aún es pronto. Hasta que no llegue Santiago, 25 de julio, no empezarán a llegar los primeros veraneantes estables.

Pasar un fin de Semana en Navarredondilla, en estas circunstancias, es una ocasión propicia para tener más oportunidades de hablar personalmente con los paisanos que viven permanentemente allí. Nuestras conversaciones se interesan, en primer lugar, por la situación y estado de salud del paisano interlocutor; pasa después a un recuerdo del ambiente del Navarredondilla de los años anteriores a 1960 (fecha en torno a la cual empezó la gran emigracion) y termina haciendo votos comunes porque el pueblo no decaiga, para lo que prometemos comprometernos, en la manera en que a cada uno le sea posible, con el pueblo, manteniendo sus costumbres, participando en sus estructuras sociales, religiosas y culturales (hogar, cofradías, deportes...etc). Tras desearnos salud y suerte para el futuro nos despedimos con un apretón de manos cargado de paisanaje y sinceridad, y quedando satisfechos de encontrarnos con nuestra gente y con nuestro pueblo. ¡Una gozada!


Coincidió este fin de semana, el sábado, el partido de futbol entre España y Francia. Todo un clásico, donde se disputaban ambas selecciones el paso a cuartos de la Eurocopa de Naciones. España nunca había ganado a Francia en partido oficial. Esto añadía morbo al partido, amén de las ganas de repetir el triunfo en ese campeonato que ya tuvimos hace siete u ocho años. Finalmente, España se impuso por un dos a cero, como era de esperar dada la superioridad técnica del conjunto dirigido por Vicente Del Bosque, y la alegría desbordó de tal forma que trascendió los hogares de Navarredondilla, no pudo contenerse en La Portalera, el bar del amigo Juanjo, e ilusionados por la efeméride deportiva nos dirigimos al pueblo, vecino y amigo, de San Juan del Molinillo.


Ha coincidido que este fin de semana era la Fiesta de San Juan del Molinillo, en honor de su patrono San Juan Bautista. El sonido de los cohetes y de la música de una orquesta nos llevó hasta El Moli a disfrutar de la algarabía y divertimento de los jóvenes vecinos. Los bares de La Abuela y Vicenbar estaban a tope y en la plaza la orquesta ARENA deleitaba a los jóvenes y no tan jóvenes con sus piezas musicales y sus canciones. Bailar en la plaza de nuestros pueblos es uno de los ejercicios más saludables, nos sólo para el cuerpo sino para el espíritu. A uno le vienen remembranzas de sus años de adolescente y disfruta viendo a los jóvenes actuales como se divierten sanamente, dando, así, vida a su pueblo.

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