domingo, 6 de marzo de 2011

IX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO



En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos:


«No todo el
que me dice Señor, Señor entrará
en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos. Aquel día
muchos dirán: Señor, Señor, ¿no
hemos profetizado en tu nombre,
y en tu nombre echado demonios,
y no hemos hecho en tu nombre
muchos milagros? Entonces yo
les declararé: Nunca os he conocido.
Alejaos de mí, los que
obráis la iniquidad.


El que escucha estas palabras
mías y las pone en práctica se parece
a aquel hombre prudente
que edificó su casa sobre roca.
Cayó la lluvia, se desbordaron
los ríos, soplaron los vientos y
descargaron contra la casa; pero
no se hundió, porque estaba cimentada
sobre roca.


El que escucha
estas palabras mías y no
las pone en práctica se parece a
aquel hombre necio que edificó
su casa sobre arena. Cayó la lluvia,
se desbordaron los ríos, soplaron
los vientos y rompieron
contra la casa, y se derrumbó. Y
su ruina fue grande».
Mateo 7, 21-27

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