martes, 29 de diciembre de 2009


Estamos inmersos en los días propios de la Pascua de Navidad y a punto de terminar el año 2009. Es un momento propicio para que hagamos un alto en el camino y reflexionemos un poco sobre quienes somos y a dónde nos dirigimos.


En primer lugar, veamos el grupo humano y social en el que nos encontramos. Aquí, en España, a día de hoy, lo primero que se observa es una cierta desazón y un desconcierto real. Nuestra sociedad, resultado de lo que somos cada uno de nosotros, de lo que pensamos y de cómo actuamos, está un tanto convulsa y la desazón es la característica anímica que mejor define a nuestros tiempos. Unos por una razón y otros por otra. ¿Por qué?


Hemos pasado, en unos treinta años, de un tipo de sociedad a otro completamente diferente. Hemos dejado aparcadas e incluso olvidadas nuestras costumbres, nuestros hábitos, nuestros principios, que habíamos recibido de nuestros mayores. Siempre hubo problemas generacionales, pero, nunca tan bruscos como el sufrido desde hace tres décadas. Nos hemos agarrado a unos aires nuevos que no sabemos de dónde vienen y tampoco dónde se dirigen. Hemos adaptado nuevos estilo de comportamiento en todo: en vestir, en las relaciones de género, en la familia tradicional, en el ocio y en el divertimento.


A la base de este cambio brusco subyace, en muchos contemporáneos, la sensación de que se han liberado de un yugo, se han despojado de unas ataduras, cuyo origen ponen, sin llevar a cabo un análisis mínimamente serio, en la religión opresora con la que nacimos y heredamos.


Da la impresión de que hay grupos, sociológica y políticamente organizados, cuyo objetivo es inyectar subliminalmente en la sociedad y, por ende, en las conciencias, la idea de que la religión es una carga insoportable por obsoleta y trasnochada. El hombre moderno no solamente no necesita ya a Dios, sino que, además, debe eliminarlo radicalmente de su creencia y de su existencia.


Aquí está el error. Plantearse la religión, no digo las religiones, sino la actitud de ligazón con lo absoluto, con Dios, como una carga no deja de ser un desatino antropológico. Cierto que las religiones, todas, han ido adquiriendo con el polvo del camino de la historia una sobrecarga que es preciso limar y reorientar. En todas ellas y de un modo particular en las cristianas, hemos de volver a la fuente única: Dios. El hombre es, somos, criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. Eliminar a Dios de nuestra existencia es intentar quitar el oxígeno de una pecera: Sobrevendía la muerte por asfixia.


Si ahondamos un poco en la historia de la humanidad llegaremos a la conclusión de que Dios, como absoluto, está incardinado en el horizonte del hombre. No se puede entender éste sin Aquel. Descubrir esta relación ontológica con Dios, es descubrir lo más propio de nuestro ser, es encontrarnos con nuestra prístina esencia y ello nos potencia y faculta para escrutar nuestro quehacer actual y nuestro devenir. Dios no es un ajeno al ser humano, sino que es su solar, su cobijo y su cabalgadura. En Él somos, nos movemos y existimos. Dios es la garantía total de que nuestro ser, nuestra vida, nuestras luchas, nuestras desgracias, nuestras alegrías, nuestras esperanzas llegarán a una consumación plena. Tienen un sentido actual y tendrán una realización total.


A toda esta antropología la religión católica le ha dado un nombre: Navidad. Jesús de Nazareth. En Navidad, Jesús se planta ante nosotros no como alguien ajeno o extraño, sino como el humus más propio en el que podemos descubrirnos y en el que podemos crecer. Él es Dios-con-Nosotros, es el Emmanuel. Es el Hijo vivo del Padre, que con su presencia nos viene a mostrar el lado más íntimo de Dios y el fondo más real del hombre: Dios es amor y el ser humano no sólo la criatura predilecta de Dios, sino, enraizados en el Hijo, los hijos adoptivos de Dios.


Navidad, Dios hecho hombre para mostrarnos su amor, no puede ser nunca lastrante para la humanidad. Al contrario, descubrir este aspecto puede convertirse en el leit motiv de una vida llena de sentido y con una orientación acertada. Acercándonos a Dios, en Cristo, encontraremos nuestra propia esencia, descubriremos nuestra personal tarea en esta sociedad y, sin duda a la equivocación, estaremos orientando nuestra efímera andadura hacia la Meta cuya existencia da sentido y valor a nuestras vidas.



La Navidad nos grita que el hombre solamente se entiende desde Dios y para Dios. Y, paradógicamente, este Dios no nos aliena de nuestra sociedad y de sus circunstancias, sino, por el contrario, nos hace descubrir en ella y en los demás ciudadanos, la plataforma y el escenario en el que hemos de vivir e implementar nuestra más íntima esencia: Somos imagen y semejanza de Dios. Ello nos obliga a comportarnos con una mirada trascendente, en todo nuestro quehacer cotidiano, sintiéndonos hermanos de todo hombre o mujer con el que nos encontramos, pues, todos juntos venimos del mismo Origen y caminamos, consciente o inconscientemente, hacia el mismo Fin.


Navidad. Jesús, nuestro Enmanuel, Dios con nosotros: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

viernes, 25 de diciembre de 2009

HOY ES NAVIDAD: FELIZ Y FRATERNAL NAVIDAD.







La Navidad es una de las fiestas -en realidad son varias las que celebramos: El nacimiento de Jesús, su Bautismo, la Sagrada Familia, la adoración de los Reyes Magos, pero todas se reconducen en "La Navidad"- que más nos tocan en lo hondo de nuestro ser. Oyes decir, a creyentes y no creyentes, que estos días somos o por lo menos queremos ser más buenos, más sensibles ante el prójimo, más solidarios.

La razón es teológica. En esta fiesta no acudimos los hombres a Dios con nuestros problemas, con nuestras necesidades, con nuestra indigencia radical, sino que es Dios -el todopoderoso y creador- el que se acerca a nosotros, sus criaturas. Y el leit motiv por el que aflora esa nuestra mejor sensibilidad y nuestra mirada se hace más pura y límpida es descubrir que Dios se acerca a nosotros humildemente. Todo un Dios, se hace hombre, se hace débil, se hace niño.

El hombre, todo hombre, nos sentimos en lo más íntimo de nuestro ser, necesitado. Pero, cuando somos niños, esa necesidad es absoluta. Sin el calor de la madre, sin el cuidado de la familia, sería imposible crecer y madurar y llegar a ser una persona adulta. Y resulta que cuando Dios decide, de una vez por todas, decirnos quién es Él, lo hace desde la sencillez y la desnudez mayores: haciéndose niño. No había otra manera más explícita de hablarnos de su esencia. Si Dios es Amor, no podíamos descubrirle mejor que en un niño. Si hubiera venido entre rayos y truenos, como en el Sinaí, hubiéramos reaccionado despavoridos, como indefensos ante lo absoluto, ante lo que nos sobrepasa y sobrecoge. Pero, ha venido hecho Niño y ésto hace emerger en nostros nuestros mejores sentimientos: el amor, el cariño, la ternura, la solidaridad, la fraternidad.

La lección de la Navidad tiene, entre otras, una doble dirección: Dios nos necesita y nosotros le necesitamos a Él. Al venir niño tenemos que acariciarle, cuidarle, ayudarle y extasiarnos -adorarle- ante el milagro que ello supone: Él nos necesita. Pero, al hacer ésto, descubrimos que en nosotros aflora la veta más noble y sincera de nuestro ser: Le necesitamos, también. Al acercarnos a Él, se ilumina nuestra existencia, nuestra andadura recupera un sentido nuevo, ilusionado e ilusionante. Al acercarnos al Dios hecho hombre, descubrimos que las demás personas que nos rodean, hombres y mujeres, nos necesitan también, hemos de respetarles, cuidarles, solidarizarnos con sus problemas. Descubrimos al hombre como hermano.

Si milagro es que Dios se haga hombre, no lo es menos que Dios está en cada hombre. Al descubrir ésto, las palabras del Señor darán a nuestra vida todo su sentido y significado: "Lo que hiciéreis a uno de estos mis hermanos, los pequeños, a mí me lo hacéis".

Navidad: Dios con nosotros; nosotros acercándonos a Él y, al hacerlo, descubriéndo nuestro propio ser en relación y fraternidad con todos los demás.

Si Dios vive en nosotros, si nosotros somos capaces de descubrirle y vivir en Él, será Navidad, porque el hombre ya no será un "lobo para el hombre", sino un hermano.

Acerquémonos a Belén y será Navidad: Descubriremos a Dios, descubriremos al hermano.
¡FELIZ NAVIDAD
"

jueves, 24 de diciembre de 2009

¡FELIZ NOCHE BUENA, FELIZ NAVIDAD!




24 de diciembre: Noche Buena. Estamos en uno de los días más significativos del calendario. Por unas razones u otras, somos muchos a los que nos ilusiona esta fecha. Son muchos los recuerdos que este día nos embargan. De cuando niños, estábamos deseando que se acabase la cena -entonces no teníamos Papá Noel, los niños españoles- para escuchar las campanas que nos convocaban a la Misa del Gallo. Embozados con nuestras bufandas, íbamos delante de los padres, corriendo hacia la Iglesia, para ver si teníamos la suerte de ser elegido entre los monaguillos para ayudar en la Misa.

Por la calle, se iban uniendo vecinos, sorteando los trozos helados de nieve que había en las calles, pues, la mayoría de los años o estaba nevando o por la fiesta de la Inmaculada, 8 de diciembre, ya nos había caído una buena nevada de más de 40 cms., de la que aún quedaban restos de hielo por las calles.

Ya en la Iglesia, aún me impresiona recordar la Iglesia a tope, todos con caras alegres, cantando a pulmón abierto. Sí, en mi pueblo, Navarredondilla, todos hemos cantado, siempre, en la Iglesia con todas nuestras ganas. Mujeres y hombres, mayores y niños. El cura, vestido de casulla blanca con adornos dorados, salía exultante y nos diríga una de las homilías más cálidas y hondas de todo el año. Los monaguillos, orgullosos de haber sido elegidos para ese día, con nuestras sotanillas rojas y nuestros blancos roquetes, precedíamos al sacerdote hacia el altar.

Atrás, en la parte alta de la tribuna, los mozos y hombres mayores cantaban con una sonora rotundidad, como no lo hacían en todo el año. Como era la Misa "del Gallo", alguno, amparado en la lejanía de la tribuna y animado por el vinillo de la cena y la copilla de la sobremesa, se atrevía a lanzar un ki-ki-ri-kí, cuyo final se ahogaba por la mirada fija y recriminatoria del cura.

En la comunión y al final de la Misa, los villancicos clásicos eran cantados por todos con una ilusión nueva y pura. Terminaba la ceremonia el sacerdote felicitándonos la Navidad.

Al terminar la Misa y ya en la calle, el sacerdote se dirigía a los pequeños grupos que aguantaban fuera "la pelona", la helada que estaba cayendo y nos reiteraba la felicitación navideña.

La Noche Buena, daba comienzo a los días de Navidad, y era el encuentro de toda la familia. Eran años en que, quien más quien menos, tenía algún familiar fuera del pueblo. Unos en Madrid, otros en Francia, Alemania o Suiza. Reencontrarnos todos al calor del hogar, consumiéndose en la lumbre baja, sin acabarse nunca, la leña de fresno que en la otoñada se había acarreado de los prados, y, finalmente, todos juntos en la mesa, con el brasero a tope, convertían la cena de Navidad en la Cena del año.

Comenzaba la cena con una oración sencilla y sincera de la madre o del padre, donde no faltaba el recuerdo para los que ya no estaban. Y empezaba la cena. La comida, entonces, era lo de menos. No eran muchos los posibles, por aquellos años cincuenta del siglo pasado, pero en cada casa se hacía, dentro de sus límites, un pequeño esfuerzo culinario. Pero, lo importante era el reencuentro: Ver a ese hermano mayor que se había ido a Madrid a trabajar en una carnicería; al padre que volvía de la emigración; a la tía que, Maestra Nacional ella, venía desde Soria a pasar las vacaciones navideñas con su hermana y sobrinos. Ver todo eso, ver aquellos rostros reflejando sincera alegría es un recuerdo entrañable que, a muchos -entre los que me encuentro-, hace que la Noche Buena sea algo maravilloso, que hace aflorar en nosotros aquel niño ingenuo y travieso que fuimos, aquel joven lleno de fuerza y ansias de vivir, ese padre de familia que, orgulloso, da a sus hijos una lección inolvidable, aunque sin palabras, del valor de la familia.

Yo, desde esta mi humilde atalaya, deseo a todo el mundo una FELIZ NAVIDAD, UNA FELIZ NOCHEBUENA. Este deseo debe tenerse no solamente hoy, sino todos los días del año. De acuerdo, faltaría más. Pero, en este día especial, yo lo deseo especialmente y desde lo más hondo de mi corazón. Mi deseo de felicitación para todos los que aún caminamos por esta ladera, y mi oración más cariñosa y sincera, para los que ya nos han dejado, pero siguen cercanos y vivos en nuestro corazón: Para ese amigo con el que un día pasamos estas fiestas, para ese vecino, cuyo recuerdo guardamos, para esos padres que nos dieron la vida y nos enseñaron, con gran sencillez, a vivir estas fiestas como es debido, familiarmente.

¡ FELIZ NOCHE BUENA, FELIZ NAVIDAD!

miércoles, 23 de diciembre de 2009

ALGUNOS CURAS VASCOS CONTRA SU NUEVO OBISPO


Una de las noticias más triste de los últimos días es el comportamiento rebelde de un grupo, bastante numeroso, de curas de Guipúzcoa contra el nombramiento del nuevo Obispo, José Ignacio Munilla. Triste y lamentable.

Estos sacerdotes, con su comportamiento, han retrocedido varios siglos en la historia de la religión. Se han convertido, firmando ese nefasto manifiesto, en miembros de la tribu de Leví. Primero y antes que nada miembro de la tribu, del nacionalismo. Después, vasco, también de la tribu de Setién y de Arzalluz. Por fin, sacerdotes, pero no de la Iglesia católica -universal-, sino de la Iglesia vasca, con ADN propio y específico.

Viendo la fuerza con la que han protestado por el nombramiento del nuevo Obispo, por parte del Vaticano, uno piensa: ¡cuánta fuerza se hubiera ganado, si la hubieran reconducido para alzar su voz contra los asesinos de ETA y en defensa de sus inocentes víctimas! Nunca, ni una palabra en defensa de ese cerca de millón de muertos con que ETA ha ensuciado nuestra tierra española; siempre, más bien, equiparando a las víctimas y verdugos, haciendo imaginarias comparaciones, sin base lógica de ningún tipo, entre el terrorismo de Estado y "los demás terrorismos". Su cobardía les impedía, incluso en esta patética comparación, llamar a las cosas por su nombre: "Terrorismo de ETA". Cobardemente, desdibujaban la realidad extorsionándola con el eufemismo "demás terrorismos". Poca, perdón, ninguna vergüenza en los levitas vascos. Mucha cobardía.

Ya que son tan valientes, cerrando las ventanas de su inteligencia y uniendo sus oscuras y vacías cabezas unas con otras -cual caballerías que se defienden del lobo a coces- lanzan escritos firmados con la rúbrica de sus coces, que piensen y recapaciten un poco en su verdadera situación. Son sacerdotes de la única Iglesia Católica; deben -porque así lo han prometido, mediante un voto explícito, libremente emitido- obediencia a su Obispo. Posiblemente alguno de estos levitas vascos sean puros como ángeles, guardando -digo, posiblemente- su celibato con esmero. Sin embargo, el otro voto emitido, el de la obediencia, ni les pica un poquillo en la conciencia. Su libertad vasca por encima de cualquier cargo de conciencia obsoleto y antinacionalista.

Pues, señores curas vascos, firmantes del manifiesto: Tienen que cumplir sus votos -todos los emitidos, también el de obediencia-con toda honradez. Si no se sienten lo suficientemente fuertes para hacerlo, sean honrados y soliciten su secularización y luchen su vida sin el paraguas del estamento clerical. Otros les hemos precedido por sucedernos eso con el otro voto, el del celibato. Sean valientes y procuren no hacer más daño a los buenos y honrados cristianos vascos, que sin dejar de sentirse tales, se sienten a la vez y sin posibilidad de distingo españoles y católicos. La Iglesia Católica es una organización que como tal tiene sus normas. Si Vds. se sienten incapaces de cumplir con ellas, sean consecuentes y aborden su vida desde la secularidad, viviendo y luchando con las armas de todos los seglares, que no tenemos los privilegios y respetos del Acuerdo Iglesia-Estado español. Sí "español", pues, el Acuerdo que a Vds., levitas vascos, cobija, es un acuerdo entre la Iglesia Católica y el Estado Español, del que -seguro- tampoco se sienten miembros. ¡Qué pena: No sentirse ni católico ni español y tener la cobardía de comportarse como tales, en lo que a su beneficio particular conviene!

No conozco al futuro Obispo Munilla. Según he leído, en sus años de párroco de Zumárraga les dió a más de uno de los firmantes más de un agua como verdadero pastor, como solícito sacerdote, que atendió a todos los feligreses sin distinción, pero de un modo particular a los más desfavorecidos, los marginados y drogadictos. Quizá su escrito de ahora sea un coletazo envidioso que les quedó entonces como secuela vitalicia. ¡Qué pena!

En fín, amigos curas vascos, firmantes del libelo contra Munilla: Piénsenlo y den el paso que sea necesario para ubicarse, social y eclesiásticamente, en el lugar que les corresponda y que menos daño y escándalo haga al resto de los ciudadanos y hermanos en la fe. A la Iglesia se le puede y debe criticar, pero, al hacerlo todos lo hemos de hacer con respeto y ustedes, particularmente -por su voto-, sin romper la obediencia debida a sus Pastores, que un día libremente expresaron.

domingo, 13 de diciembre de 2009

EN CATALUÑA:LA TRAMPA

Hoy se celebra una "Consulta", sobre la independencia de Cataluña, en 166 municipios de Cataluña. Puede llegar a participar 700.000 catalanes o residentes en Cataluña, mayores de 16 años.

Entrecomillo "Consulta", porque aunque per se no puede tener otro calificativo, sin embargo en el imaginario de los políticos catalanes se trata de un Referendum, para mostrar la opinión del pueblo catalán al respecto. No lo pueden denominar así, pero, lo utilizarán como arma ético-política contra la Constitución y contra la Unidad de España como Nación, por aquello de vox populi, vox Dei, pues, aunque aquí somos todos muy laicos, sin embargo, en nuestro subconsciente subyace un deicismo de campanario y un caciquismo de término municipal.

El referendum-consulta es absolutamente inconstitucional. El Artículo 2 de la Constitución vigente dice clara y explícitamente:


"La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".


Por tanto, este acto no debería haber sido permitido por el Estado español, es decir, por el Gobierno de España ni por el Gobierno de Cataluña.

Podrían haber hecho encuestas o sondeos, pero nunca consulta-referendum o un referendum-consulta, pues, tal acto choca frontalmente con nuestra Constitución.

El Título VIII, sobre la territorialidad del Estado español está muy incompleto. Se abrió este Título en base al derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que el mencionado artículo 2 reconocía. Y por ello el Artículo 143 del mencionado Título VIII dice:


"En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos".


La "indisoluble unidad de la Nación española, Patria común e indivisible de todos los españoles", ¿quedaba salvaguardada con el reconocimiento y garantía del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones? El autogobierno y la constitución de Comunidades Autónomas, ¿no se contradice con la Unidad de la Nación española?


Los constituyentes rizaron el rizo y dieron a luz estos dos artículos, pensando que resolvían así el problema de Cataluña y País Vasco. Pero ni lo resolvieron entonces, ni están haciendo nada por resolverlo ahora. Con motivo del Estatut, que está recurrido ante el Tribunal Constitucional por inconstitucionalidad manifiesta, varios políticos catalanes no se cansan de manifestar expresamente -y otros que callan, así lo piensan y esperan- que el Estatut no es más que un paso previo para la INDEPENDENCIA DE CATALUÑA. Acabemos: blanco y en botella.


Cualquier persona con un mínimo de conocimiento jurídico constitucional sabe que es incompatible ese Estatut con la Constitución. Su aprobación -y más si fuera ratificado por el Constitucional- es un torpedo en toda regla contra la esencia de la Constitución: la Unidad de la Nación española, fundamento de la Constitución, como nos dice su artículo 2. Los catalanes están creando -eso es lo que quieren- una situación de facto que comporta una modificación en toda regla de la Constitución, sin necesidad de acudir a los cauces legales que la misma Constitución establece para su propia modificación. Esta situación de hecho, ya existe, de una manera real, desde el momento en que el Estatut está vigente. Pero, sería irreversible si el Tribunal Constitucional lo avalase.


Constitucionalistas de gran prestigio, como Jorge de Esteban y otros, así lo están proclamando. Se dice que Manuel Aragón Reyes, a pesar de estar en el Tribunal Constitucional por el PSOE, sin embargo se opone y opina también que el Estatut es inconstitucional. Esperemos que la cordura y el respeto a la Norma Magna de la Constitución deje las cosas claras y en su sitio.


Personalmente, espero que el Profesor Aragón Reyes mantenga una postura con lo que, tan bien y con tanta claridad, nos explicó a los que tuvimos la suerte de ser sus alumnos de derecho constitucional. Entonces, aún se llamaba Derecho Político, pero él, adelantándose a lo que ya era inminente, nos dio sus cursos sobre el proyecto y anteproyecto de lo que luego sería la Consititución. Estoy convencido que Manuel Aragón Reyes votará, finalmente, conforme a su sana y bien formada conciencia constitucional y no nos defraudará a los alumnos que tan buen recuerdo y tan hondo agradecimiento tenemos hacia él como Profesor.

DOMINGO III DE ADVIENTO: Lecturas de la Misa




En este link se pueden obtener las lecturas de la liturgia de este tercer domingo de adviento: Domingo de "Gaudete".




viernes, 11 de diciembre de 2009

LA COPE PIERDE AUDIENCIA: EMERGE ESRADIO


La EGM, una de las entidades más fiables, facultada para dar las mediciones de audiencia de las cadenas de radio, informa que La Cope, tras la salida de Federico Jiménez Losantos y César Vidal, ha perdido 600.000 oyentes. El dato es catastrófico, aunque esperado.

Lo primero que se me ocurre pensar es que tuvieron que ser presiones muy fuertes, las que sufrió la Conferencia Episcopal, para prescindir de sus máximas estrellas en este partido por alcanzar el primer puesto en la lucha por la audiencia. Cuando Federico y César Vidal estaban en La Cope, ésta era la segunda cadena en audiencia a nivel nacional. Y ascendiendo en cada medida que se daba. Perder ese puesto de privilegio no puede ser sino porque los Obispos hayan sufrido presiones irresistibles o les hayan prometido algo irrefutable. El tiempo nos lo dirá.

Federico y César Vidal son las dos cabezas más privilegiadas y clarividentes en la prensa de derechas. Tienen una formación humanística sobresaliente, con unos conocimientos históricos como nadie. Sus libros sobre la historia reciente de España y sobre la historia de la gestación de la guerra civil son devorados por los lectores, pues, en muchos casos, ofrecen una lectura diferente de la políticamente establecida y correcta. Los juzgados no han podido condenar ninguna de sus aseveraciones por falsa.

Junto al lujo intelectual que suponía para La Cope tener a esos dos periodistas, había un dato que, en mi opinión, tiene mucha importancia. Federico se declara agnóstico en cuestión religiosa. César Vidal es cristiano evangélico confeso. Estas circunstancias adornaban, indirectamente, a La Cope con una pátina de tolerancia que muchos valorábamos en verdad. Este dato, dolía mucho a sus adversarios políticos, pues, su deseo de presentar a la Iglesia como dogmatista, intolerante, sin respetar el pluralismo hoy vigente no podía cumplirse. La Iglesia tenía en su brazo mediático, nada menos que a un agnóstico y a un protestante. ¿Dónde estaba la Iglesia "negra" y oscurantista?

Además de la inteligencia y coherencia de Jiménez Losantos y de Vidal, ambos hacían gala diariamente en la cadena episcopal de una valentía extraordinaria, fuera de lo común. Desde sus micrófonos decían lo que veían, criticaban lo que creían oportuno y no miraban al apellido, ni a las siglas del partido o del grupo socioeconómico al que pertenecía la persona o personas de cuyas actuaciones opinaban. Del Rey al último ciudadano, a todos medían con el mismo rasero. Esta independencia de juicio, atrajo a la cadena de los obispos a muchos oyentes que no eran precisamente católicos; simplemente querían oir la verdad.


Se podrá decir de ellos, sobre todo de Jiménez Losantos, que empleaban un lenguaje insultante. Relativo. Decir la verdad, en toda su crudeza, suele ser insultante. Sobre todo para el mentiroso,cuando se descubre su mentira. Lo cierto es que apoyaron un periodismo, entre otros aspectos, de investigación, que ha dado muchos y muy buenos frutos para la sociedad española.


Ante la publicación del dato de la pérdida de oyentes, ¿cómo ha reaccionado La Cope? Con una media verdad: es decir, con una mentira. Para adornar la cifra de pérdidas ha proclamado que la pérdida ha sido insignificante, pues, ha hallado una media de tomas de audiencia, sin importarle que entre dichas tomas había varias que pertenecían a la época en que los dos periodistas estaban con ellos. Una mentira. Pues, bien, datos de este calibre no se escuchaban en tiempos de los periodistas defenestrados.

Hoy en día, Federico Jimenez Losantos, César Vidal y Luis Herrero Tejedor han emprendido, al salir de La Cope, una empresa titánica: abrir una nueva emisora. Empezando desde cero, han puesto en marcha EsRadio, que se escucha en el 99.1 de la FM, y resulta que en ese último resultado de audiencias, que decíamos al principio, EsRadio adelanta a La Cope en la audiencia de la Comunidad Autónoma de Madrid. ¡Impresionante!

Aludía antes a las grandes presiones que, es de suponer, debe haber sufrido los obispos españoles. Este es un punto muy interesante, que no dudo algún día se descifrará y sabremos la verdad. Hay quienes hablan de presiones por parte del PSOE, partido en el Gobierno. Otros se inclinan por presiones de Rajoy y su PP. No se sabe aún. Lo cierto es que el PSOE, sin los periodistas molestos en La Cope, no ha demostrado ningún gesto amistoso hacia la Iglesia. Ahí siguen, vigentes, sus legislaciones sobre los matrimonios homosexuales y sobre la educación para la ciudadanía; tramitándose está, sin variar un ápice su "acritú", la tramitación de los proyectos de ley sobre el aborto y la intención de eliminar de los colegios los crucifijos. En cuanto al PP, resulta difícil que Mariano Rajoy haya podido prometer a la Iglesia algo tan sustancioso, si llegaba al poder, como para que ésta se privase de tan grandes profesionales de la radio. En la Iglesia, además, son muchos los que dudan de que el PP, con sus actuales dirigentes, sean alternativa real al cambio. Está, por otra parte, el antecedente de la Ley del Divorcio: promulgada por el PSOE, el PP no cambió ni un ápice cuando tomó el relevo en el poder. Lo cierto es que -por emplear una terminológica tomista, tan cara a los eclesiásticos- "nihil est sine ratione suficiente". Por algo será, nos dice este principio de causalidad. Hoy lo sabremos, pero, sin duda, algún periodista valiente de algún medio de comunicación independiente ya nos lo contará a su tiempo. Entre tanto La Cope a sufrir su propio descalabro, a digerir este gran fracaso que supuso prescindir de esos grandísimos profesionales que habían subido a La Cope a un techo en el que nunca se había visto.

martes, 8 de diciembre de 2009

LECTURAS DE LA INMACULADA: 8 DIC 2009


Lecturas de la Solemnidad de la INMACULADA CONCEPCIÓN, extraídas de la página web que a continuación se indica:


http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/textos_bib_liturgia/fiestas/dic8_inmaculada.htm


LA INMACULADA CONCEPCIÓNDE SANTA MARÍA VIRGEN 8 DE DICIEMBRE
Solemnidad de la Inmaculada Concepción, día de precepto
Comentario las lecturas>>
PRIMERA LECTURA

Establezco hostilidad entre tu estirpe y la de la mujer
Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20.
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: <> El contestó: <>
El Señor le replicó: <> El Señor dijo a la mujer: <> Ella respondió: <>
El Señor Dios dijo a la serpiente: <>
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.


Salmo Responsorial Sal. 97, 1. 2-3ab. 3c-4 R/ Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera;gritad, vitoread, tocad.


SEGUNDA LECTURA


Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.
Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.


EVANGELIO


Alégrate, llena de gracias, el Señor está contigo
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1, 26-38
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: <>
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo: <>
Y María dijo al ángel: <>
El ángel le contestó: <<>>
María contestó: <<>> Y la dejó el ángel.
Comentario las lecturas
Padre Raniero Cantalamessa –predicador de la Casa Pontificia– Zenit.org
Elegidos para ser santos e inmaculadosPara que la solemnidad de la Inmaculada Concepción no se quede en mera celebración de los «privilegios» de María, sino que nos toque y nos implique profundamente, debemos comprenderla a la luz de las palabras de Pablo en la segunda lectura: «Dios Padre nos ha elegido en Jesucristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor». Todos, por lo tanto, estamos llamados a ser santos e inmaculados; es nuestro verdadero destino; es el proyecto de Dios sobre nosotros. Poco más adelante, en la misma Carta a los Efesios, Pablo contempla este plan de Dios refiriéndolo no ya a los hombres singularmente considerados, cada uno por su cuenta, sino a la Iglesia Universal esposa de Cristo: «Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificarla mediante el bautismo y la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada» (Ef 5, 25-27). Una humanidad de santos e inmaculados: he aquí el gran proyecto de Dios al crear la Iglesia. Una humanidad que pueda, por fin, comparecer ante Él, que ya no tenga que huir de su presencia, con el rostro lleno de vergüenza como Adán y Eva tras el pecado. Una humanidad, sobre todo, que Él pueda amar y estrechar en comunión consigo, mediante Su Hijo, en el Espíritu Santo. ¿Que representa, en este proyecto universal de Dios, la Inmaculada Concepción de María que celebramos? La liturgia responde a esta pregunta en el prefacio de la Misa del día, cuando dirigiéndose a Dios canta: En Ella has señalado el «comienzo de la Iglesia, esposa de Cristo, llena de juventud y de limpia hermosura... Entre todos los hombres es abogada de gracia y ejemplo de santidad». He aquí, entonces, lo que celebramos en esta solemnidad en María: el inicio de la Iglesia, la primera realización del proyecto de Dios, en la que existe como la promesa y la garantía de que todo el plan irá hacia su cumplimiento: «¡Nada es imposible para Dios!». María es la prueba de ello. En Ella brilla ya todo el esplendor futuro de la Iglesia, como en una gota de rocío, en una mañana serena, se refleja la bóveda azul del cielo. También y sobre todo por esto María es llamada «madre de la Iglesia». María no se presenta, en cambio, sólo como aquella que está detrás de nosotros, al comienzo de la Iglesia, sino también como quien está ante nosotros «como modelo de santidad para el pueblo de Dios». Nosotros no hemos nacido inmaculados como, por singular privilegio de Dios, nació Ella; es más, el mal anida en nosotros en todas las fibras y en todas las formas. Estamos llenos de «arrugas» que hay que estirar y de «manchas» que hay que lavar. Es en esta labor de purificación y de recuperación de la imagen de Dios en la que María está ante nosotros como poderosa llamada. La liturgia habla de Ella como de un «modelo de santidad». La imagen es justa, a condición de que superemos las analogías humanas. La Virgen no es como las modelos humanas que posan, inmóviles, para dejarse pintar por el artista. Ella es un modelo que obra con nosotros y dentro de nosotros, que nos lleva la mano al representar las líneas del modelo por excelencia, suyo y nuestro, que es Jesucristo, para hacernos «conformes a su imagen» (Rm 8, 29). Es de hecho «abogada de gracia» antes aún que modelo de santidad. La devoción a María, cuando es iluminada y eclesial, en verdad no desvía a los creyentes del único Mediador, sino que les lleva hacia Él. Quien ha tenido la experiencia auténtica de la presencia de María en la propia vida sabe que ésta se determina por entero en una experiencia de Evangelio y en un conocimiento más profundo de Cristo. Ella está idealmente ante todo el pueblo cristiano repitiendo siempre lo que dijo en Caná: «Haced lo que Él os diga».
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Cortesía de SCTJM:Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María. http://www.corazones.org/

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA


Transcribo aquí un resumen de la enseñanza del anterior Papa, Juan Pablo II, sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, extraído de la página web corazones.org. En esta página se puede encontrar toda una síntesis histórica de la evolución del dogma de la Inmaculada Concepción, desde sus fuentes bíblicas (Protoevangelio, del Génesis, a las palabras del Angel, en Lucas, "llena de gracia") hasta su proclamación por Pío IX el 8 de diciembre del año 1854. La declaración oficial del Dogma, por el Papa, no fue sino la coronación de la creencia, desde los primeros momentos del cristianismo, de que María ya había sido engendrada, concebida sin mancha del pecado original, que todos arrastramos.
Roman Encabo


Juan Pablo II sobre La Inmaculada Concepción
1. En la reflexión doctrinal de la Iglesia de oriente, la expresión llena de gracia, como hemos visto en las anteriores catequesis, fue interpretada, ya desde el siglo VI, en el sentido de una santidad singular que reina en María durante toda su existencia. Ella inaugura así la nueva creación.

Además del relato lucano de la Anunciación, la Tradición y el Magisterio han considerado el así llamado Protoevangelio (Gn 3, 15) como una fuente escriturística de la verdad de la Inmaculada Concepción de María. Ese texto, a partir de la antigua versión latina: «Ella te aplastara la cabeza», ha inspirado muchas representaciones de la Inmaculada que aplasta la serpiente bajo sus pies.Ya hemos recordado con anterioridad que esta traducción no corresponde al texto hebraico, en el que quien pisa la cabeza de la serpiente no es la mujer, sino su linaje, su descendiente. Ese texto por consiguiente, no atribuye a María sino a su Hijo la victoria sobre Satanás. Sin embargo, dado que la concepción bíblica establece una profunda solidaridad entre el progenitor y la descendencia, es coherente con el sentido original del pasaje la representación de la Inmaculada que aplasta a la serpiente, no por virtud propia sino de la gracia del Hijo.

2. En el mismo texto bíblico, además se proclama la enemistad entre la mujer y su linaje, por una parte, y la serpiente y su descendencia, por otra. Se trata de una hostilidad expresamente establecida por Dios, que cobra un relieve singular si consideramos la cuestión de la santidad personal de la Virgen. Para ser la enemiga irreconciliable de la serpiente y de su linaje, María debía estar exenta de todo dominio del pecado. Y esto desde el primer momento de su existencia.

A este respecto, la encíclica Fulgens corona, publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya –al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera– la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre» (MS 45 [1953], 579).

La absoluta enemistad puesta por Dios entre la mujer y el demonio exige, por tanto, en María la Inmaculada Concepción, es decir, una ausencia total de pecado, ya desde el inicio de su vida. El Hijo de María obtuvo la victoria definitiva sobre Satanás e hizo beneficiaria anticipadamente a su Madre, preservándola del pecado. Como consecuencia, el Hijo le concedió el poder de resistir al demonio, realizando así en el misterio de la Inmaculada Concepción el más notable efecto de su obra redentora.

3. El apelativo llena de gracia y el Protoevangelio, al atraer nuestra atención hacia la santidad especial de María y hacia el hecho de que fue completamente librada del influjo de Satanás, nos hacen intuir en el privilegio único concedido a María por el Señor el inicio de un nuevo orden, que es fruto de la amistad con Dios y que implica, en consecuencia, una enemistad profunda entre la serpiente y los hombres.

Como testimonio bíblico en favor de la Inmaculada Concepción de María, se suele citar también el capitulo 12 del Apocalipsis, en el que se habla de la «mujer vestida de sol» (Ap 12, 1). La exégesis actual concuerda en ver en esa mujer a la comunidad del pueblo de Dios, que da a luz con dolor al Mesías resucitado. Pero, además de la interpretación colectiva, el texto sugiere también una individual cuando afirma: «La mujer dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro» (Ap 12, 5). Así, haciendo referencia al parto, se admite cierta identificación de la mujer vestida de sol con María, la mujer que dio a luz al Mesías. La mujer­comunidad está descrita con los rasgos de la mujer­Madre de Jesús.Caracterizada por su maternidad, la mujer «está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz» (Ap 12, 2). Esta observación remite a la Madre de Jesús al pie de la cruz (cf. Jn 19, 25), donde participa, con el alma traspasada por la espada (cf. Lc 2, 35), en los dolores del parto de la comunidad de los discípulos. A pesar de sus sufrimientos, está vestida de sol, es decir, lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo. Estas imágenes, aunque no indican directamente el privilegio de la Inmaculada Concepción, pueden interpretarse como expresión de la solicitud amorosa del Padre que llena a María con la gracia de Cristo y el esplendor del Espíritu. Por ultimo, el Apocalipsis invita a reconocer mas particularmente la dimensión eclesial de la personalidad de María: la mujer vestida de sol representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la santísima Virgen, en virtud de una gracia singular.

4. A esas afirmaciones escriturísticas, en las que se basan la Tradición y el Magisterio para fundamentar la doctrina de la Inmaculada Concepción, parecerían oponerse los textos bíblicos que afirman la universalidad del pecado.El Antiguo Testamento habla de un contagio del pecado que afecta a «todo nacido de mujer» (Sal 50, 7; Jb 14, 2). En el Nuevo Testamento, san Pablo declara que, como consecuencia de la culpa de Adán, «todos pecaron» y que «el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación» (Rm 5, 12. 18). Por consiguiente, como recuerda el Catecismo de la Iglesia católica, el pecado original «afecta a la naturaleza humana», que se encuentra así «en un estado caído». Por eso, el pecado se transmite «por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales» (n. 404). San Pablo admite una excepción de esa ley universal: Cristo, que «no conoció pecado» (2 Co 5, 21) y así pudo hacer que sobreabundara la gracia «donde abundo el pecado» (Rm 5, 20).

Estas afirmaciones no llevan necesariamente a concluir que María forma parte de la humanidad pecadora. El paralelismo que san Pablo establece entre Adán y Cristo se completa con el que establece entre Eva y María: el papel de la mujer, notable en el drama del pecado, lo es también en la redención de la humanidad.San Ireneo presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que, al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado y fuera así más apta para cooperar en la redención.El pecado, que como torrente arrastra a la humanidad, se detiene ante el Redentor y su fiel colaboradora. Con una diferencia sustancial: Cristo es totalmente santo en virtud de la gracia que en su humanidad brota de la persona divina; y María es totalmente santa en virtud de la gracia recibida por los méritos del Salvador.